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sábado, 27 de febrero de 2010

Entrevista con Juan Madrid : "Vivimos en el engaño más grande que se ha urdido nunca"


La Fiera Literaria

14/02/2010

Juan Madrid (Málaga, 1947), autor de medio centenar de novelas (algunas, como Días contados, han sido adaptadas a la gran pantalla) y de numerosos guiones, periodista fundamental durante la Transición en revistas como Cambio 16, antiguo militante del PC y docente en varias instituciones de Europa y América, es un conversador cómplice, de una honestidad comparable a la de Catulo. Y es un ser amable, cálido, pródigo en gestos.

-¿Ha superado ya la melancolía?

-No. Si lo hubiera hecho, sería funcionario. Tengo escritos 50 libros y no lo he conseguido. Bares nocturnos, que es anterior al último que salió, Adiós, princesa, responde precisamente a mi relación con la melancolía. Uno empieza a darse cuenta de la melancolía cuando también se da cuenta de que necesita memoria. Y eso ocurre a partir de los 32 ó 33 años, cuando descubres que tienes un pasado. Pero sí, hay una melancolía en todas mis novelas. Lo que pasa es que en ésta hay una melancolía especial: los bares nocturnos son una metáfora de la década prodigiosa que siguió a la muerte del militar gallego de alta graduación, desde 1975 a 1985, que se vivió de manera asombrosa en todas las ciudades de este país. Es verdad que existió una movida en Madrid, pero constaté una historia similar en Málaga, en Sevilla, en Albacete, en Cáceres. Como si se hubiera roto el muro de la presa.

-Pero parece que ahora han vuelto los pantanos.

-Aquel monumento para la ética que fue la resistencia al franquismo es hoy un perfecto desconocido. Se perdió. Y ése fue el mecanismo que me empujó a ser periodista primero y escritor después: comencé a escribir novelas, de hecho, cuando comprendí que se había perdido todo. En 1980 publiqué mi primera novela y ya me di cuenta de que se estaba generando el discurso único que ha cristalizado ahora sobre la Transición, la democracia, el rey, el príncipe y las princesas, todo un cuento de hadas absolutamente falso que se fue gestando en ese tiempo. Había dos o tres salidas: hacerse funcionario, unirse al grupo de los intelectuales orgánicos para aspirar a dirigir alguna sede del Instituto Cervantes o contar esa historia. Yo tenía una posición privilegiada porque había sido periodista. Y lo hice.

-¿Qué unió al primer grupo postfranquista de escritores?

-De esa primera generación, los que sacamos las primeras novelas a comienzos de los 80, la mayoría veníamos de la lucha antifranquista. Habíamos sufrido la zarpa fascista, no sólo nosotros sino nuestras familias. Para nosotros, la literatura ha sido una especie de expiación. Posiblemente dando testimonio de lo que ha pasado es como se puede soportar el hecho de que ahora nos quieran la película de otra forma. Descendiendo a las cloacas. Casi sin quererlo me he convertido en un cantante de las cloacas, porque los bajos fondos están muy conectados con los altos despachos.

-¿Era posible prever entonces todo lo que vino después?

-No, era imposible presagiar las múltiples traiciones, la del PC, la del PSOE. La oligarquía que había tenido el poder durante el franquismo se encargó de comprar a las personas necesarias para que todo se hiciera a su manera. A veces, los actores se salían del papel. Y hubo un actor acojonante que hizo de general de la Rovere, que fue Adolfo Suárez. Interpretó un papel que no era el suyo y se hizo de la izquierda. Ahí se produjo una ruptura del guión. Pero lo que ocurrió con el PC estaba más que previsto por esa oligarquía. Así fue como sucedió la Transición, por mucho que los historiadores y periodistas se sigan moviendo en un mundo falso, en un discurso oficial muy alejado de la realidad. Por eso, cuando me decidí a escribir novelas quise contar todo lo que no había podido contar antes. Todas mis novelas son, en el fondo, una especie de venganza. Yo no me he educado en el encanto, sino en el desencanto. Siempre he sabido lo que era el estalinismo y siempre me he declarado antiestalinista. Para mí el fin de la Transición no fue que ganara las elecciones la banda del sevillano, una gente sin escrúpulos que tomó el país como en la Cosecha roja de Hammett. Lo hicieron junto a los otros, que son todavía peores.

-¿Se pensaba, antes de la muerte de Franco, que España podía convertirse en un caso único cuando ya no estuviera?

-Ya había constancia del peligro. Siempre, históricamente, cuando la democracia burguesa ha utilizado sus recursos habituales, como las elecciones, en contra del parecer del ejército, éste ha intervenido. El ejemplo más evidente es el de la República española. Cuando falla el control ideológico, actúan las armas. En 1974, cuando Don Juan de Borbón se unió a la Junta Democrática, en la que estaban la democracia cristiana, Satrústegui, el PSOE, el PC y otros, el sistema se vio en una situación comprometida, porque habían acordado crear tras la muerte de Franco un gobierno de conciliación nacional y convocar un referéndum para elegir entre la república o la monarquía. Había incluso encuestas que afirmaban que el 70% de la población quería una república. Así que el franquismo, que ya había diseñado la Transición entre 1946 y 1947, decidió buscar a quienes le garantizaran la continuidad del sistema. Y en Sevilla encontró a una gente que fue convenientemente pagada y agasajada a cambio del compromiso de no constituir un Frente Popular, porque sabían que un Frente Popular ganaría las elecciones. Yo creo que, incluso aceptando que el PSOE fuera de izquierdas, eso ocurriría también hoy. Ante eso, cabe preguntarse si es posible escribir lo mismo que hemos escrito siempre, como dijo Pratolini respecto a Auschwitz. Es una decisión ética. Vivimos en la caverna de Platón, en el engaño más grande y mejor preparado que se ha urdido nunca. En mi última ponencia en el PC, en 1979, afirmé que había que abandonar todos los cargos políticos y contar a la gente la verdad de lo que había ocurrido. Que teníamos un régimen corrupto por definición.

-Pero muchos autores sí han seguido escribiendo lo mismo.-Sí. Aquí y en Latinoamérica. Como Mario Vargas Llosa, que es un vendido. Lo que le pasa a Vargas Llosa es que escribe como los dioses. Mejor que García Márquez, que es de izquierdas, y que Carlos Fuentes, que es otro vendido.

-En Bares nocturnos carga contra el buenismo, en un tono incluso nietzscheano.

-Sí, entre todos mis múltiples defectos tengo el de haber leído a Nietzsche, aunque no sea mi preferido. Siempre he creído en la obligación de ser dueño del propio destino, como en La isla del tesoro, de Stevenson. El problema es que para conseguirlo hay que matar al padre. La pena es que después de Nietzsche nadie recogió el testigo. El capitalismo ha creado una mediocridad enorme. Todo lo que no sea una mercancía carece de valor.

-Cuando se haya curado la melancolía ¿escribirá un libro de Historia, en plan científico?

-Lo tengo ya. Es la tesis doctoral que no terminé sobre cambio político y estructura social, que es algo muy rimbombante pero trata sobre las luchas campesinas en Andalucía en el siglo XIX. Ahí cuento lo de las huelgas generales de Jerez en 1883, que creo que es la única ocasión en la Historia en que un grupo de campesinos asalta una ciudad. Lo llamaron epidemia de hambre. Para justificar la represión feroz con la que respondió, la Guardia Civil se inventó un panfleto sobre una organización revolucionaria dentro de la Primera Internacional que se llamaba la Mano Negra, que iba a quemar viva a toda la burguesía. Algo parecido a lo que ocurre ahora con el terrorismo. Los dictadores antiguos no necesitaban justificantes, pero la burguesía los ha necesitado siempre. El libro salió con ese título, La Mano Negra.

-¿Qué opina de la adhesión de Bergamín y Sastre a la izquierda abertzale tras la Transición?

-Conozco mucho a Sastre. Le tengo un gran afecto. Pero no comparto su historia política, por más que saliéramos de la misma organización. Su defensa de lo que llama el pueblo vasco, la ETA y todo eso, no la acepto. Pero no puedo evitar conservar este cariño. Le conocí cuando yo tenía 17 años y era botones de Alfaguara. Le llevaba los libros que le enviaba Camilo José Cela, que era mi jefe. Cela estaba pagado por el régimen para intentar convencer a la disidencia, y mandaba libros a Ayala, a Sastre. Él me ayudó mucho, pero me distancié cuando salió todo lo de la ETA y su mujer estuvo implicada en un atentado. Bergamín me ayudó también mucho, sobre todo a escribir. Cuando le conocí, yo salía con una brasileña y él no le quitaba el ojo de encima. Murió arruinado. Creo que la Transición fue muy injusta con él, sobre todo porque contribuyó mucho a la cultura desde la universidad. Es una pena, pero la universidad fue mucho mejor durante el franquismo que ahora. Sastre y Bergamín son dos escritores como la copa de un pino. No como Ayala, que es pésimo. El único mérito que tiene Ayala es haber sido republicano y haber querido al Rey. Y haberse comido un cochinillo entero cuando tenía ya 80 años. Yo lo vi.-¿Qué queda de su infancia en la Plaza de Biedmas?-Queda todo. No he salido de esos callejones. Intelectualmente y emocionalmente. Como decía Ibn Battuta, 'no he salido nunca de ese patio lleno de naranjos de mi casa de Granada'. Sigo ahí y a través de esa ciudad veo la vida.

jueves, 25 de febrero de 2010

Un millón de gracias compañeros de causa y de trinchera


A día de hoy, 25 de febrero de 2010, dos semanas exactas después de sacar a la luz pública nuestra Declaración ante la ofensiva judicial del franquismo residual contra el juez Garzón, hemos recibido más de cincuenta adhesiones a la misma.

Podemos destacar los apoyos de destacados artistas e intelectuales como el cantaor Juan Pinilla, la periodista Pilar del Río, el escritor Andrés Sorel o el investigador de la Memoria Histórica Paco Vigueras. También han firmado el manifiesto personalidades políticas de la talla de Antonio Romero, Coordinador de la Red de Municipios por la Tercera República, o de Felipe Alcaraz, ex Presidente Ejecutivo del PCE. Es de reseñar también la adhesión de numerosos cargos públicos de IU en diferentes pueblos de la provincia, además de la solidaridad de varios miembros de la asociación Granada Laica, incluyendo a su Secretario, Manolo Navarro.

Es de justicia señalar aquí la adhesión colectiva a nuestra Declaración por parte de la Plataforma de Ciudadanos por la República de Granada, verdadera organización hermana en la lucha y el combate por la Tercera.

No podemos olvidar el apoyo de ciudadanos anónimos, sin los cuales el movimiento republicano español no sería más que polvo cósmico.

Un millón de gracias compañeros de causa y de trinchera.

Salud y República.

Junta Directiva de UCAR-Granada.

Posdata: A continuación, listado completo de firmantes hasta el momento presente.

Adhesiones colectivas:

-Plataforma de Ciudadanos por la República de Granada.

Adhesiones individuales (En riguroso orden de llegada):

-Antonio Romero Ruiz (Coordinador de la Red de Municipios por la Tercera República).
-Manuel Navarro Lamolda (Secretario de Granada Laica).
-Francisco Fernández Moyano.
-Dolores Iglesias Maiztegui.
-Juan Pinilla Martín (Cantaor, Premio Lámpara Minera 2007 del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión).
-Pablo Laguna Sánchez (Responsable de Jóvenes Laicistas de Europa Laica y Coordinador de Zubia Laica).
-Ignacio María del Río Sánchez.
-Maite Molina Navarro (Coordinadora local de IU en Granada).
-Alfredo Ruiz Marcos.
-Alfonso Bejarano Franco.
-Jesús Fernández Martín (Coordinador local de IU en Huétor Vega).
-Hilario Sánchez Díaz (Concejal de IU en Cijuela).
-Antonio Marín Hernández.
-José Manuel Gutiérrez Rueda.
-Antonio Molina López (Portavoz del grupo municipal de IU en La Zubia).
-Jesús de Manuel Jerez.
-Felipe Alcaraz Masats (Ex Presidente Ejecutivo del PCE).
-Rosario Cervilla Garzón.
-José Vicente Pérez Pérez.
-Rafael Martínez de la Ossa Sáenz-López.
-Eva Martínez Leyva.
-Manuel Saénz Hernández.
-Genoveva Pérez Reyes.
-Francisco Fernández Marín.
-José Prados Gómez.
-José Antonio Cabrera Fernández. .
-Helí García Martínez.
-Miguel Pereira Calvente.
-Juan Antonio Aguilera Mochón.
-Francisco Javier Barrós Leal.
-Laura Rodríguez Mejías.
-Luis Romero Vega (Concejal de IU en La Malahá).
-Pilar del Río Sánchez (Periodista, esposa del Premio Nobel José Saramago).
-Leocadio Fernández García.
-Rosa de Castro Díaz.
-Mercedes Toro Garzón.
-Juan José Carreño Medina.
-María Luisa Ibáñez Jacinto.
-Jordi Grau i Gatell.
-Miguel Pedraza Sánchez.
-Alberto Matarán Ruiz. (Prof. Urbanismo y Ordenación del Territorio UGR.
Dir. Cátedra José Saramago-Seminario de Medio Ambiente y Calidad de Vida. UGR).
-Manuel Ariza Gil-Pèrez (Secretario de Afiliación y Formación de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO).
-Juan de Dios Santander García.
-José Manuel Rubio Vera.
-Juan Luis Camacho Reina (Miembro del Secretariado de Granada Laica).
-Laureano Sánchez Perea.
-Fiamma Lolli, traductora y bloguera – Perugia (Italia).
-Alfredo Fagni, licenciado - Perugia (Italia).
-Andrés Sorel (Escritor, Secretario General de la Asociación Colegial de Escritores de España, y Director de la revista República de las Letras).
-Ángel Pertíñez Muros (Portavoz del grupo municipal de IU en Otura).
-Fernando de Dios Provencio.
-Francisco Vigueras Roldán (Investigador de la Memoria Histórica).
-Carlos Martín Izquierdo.
-Ana García Labrac.
-Juan Pablo Segovia Gutiérrez.
-José Luis Linares Linares.
-María Gutiérrez Acosta.
-José María Segovia Alés.

* Se siguen agregando rúbricas:

-Juan Morillo Lora (Presidente de UCAR).
-Antonio Juan Romero Losana (Vicepresidente de UCAR).
-Francisco José Rebollo González (Secretario de UCAR).
-Juan Antonio Muñoz Gómez (Tesorero de UCAR).
-Adolfo Mira López (Vocal de UCAR).
-César Delgado Lorente (Vocal de UCAR).
-Antonio Morillas Rodríguez (Director de CTV TEATRO).
-Pedro Jesús Muñoz Fernández (Maestro en Granada).
-Juan José Acedo Bartolomé (Maestro en Sevilla).
-Carlos Arenas Posadas (Catedrático de Historia e Instituciones
Económicas. Facultad de Ciencias del Trabajo. Universidad de Sevilla).
-Daniel Nicolás Panisello Simón.
-Federico Noriega González.
-Manuel Alcántara.
-Antonio Domínguez Viola.
-Agueda Lara Martínez (Maestra de Educación Primaria).
-Rafael Dominguez Romero (Stro. Acción Sindical de Sicoht- Sevilla, CC.OO).
-Antonio Mendoza Pérez (Profesor de EE. MM. Presidente del Colegio andaluz de entrenadores de fútbol).
-Melissa Feo La Cruz Pérez.
-Eduardo José Cabaleiro Álvarez (Fotógrafo).
-Mariló Tudela.
-Carlos Martín Nogués (Maestro y Director de Teatro).
-Jose Farfan Lora.
-Julio Anguita González (Ex Coordinador General de IU y Ex Secretario General del PCE).
-Miguel Ángel Rodríguez Arias (Profesor de Derecho Penal Internacional en la Universidad de Castilla-La Mancha).
-Francisco Mesa Ramírez.
-Joaquín Carrasco Macarro.
-Paqui Maqueda Fernández (Vicepresidenta Asociación Memoria Historica y Justicia de Andalucía).
-Cecilio Gordillo Giraldo (Coordinador Proyecto “Todos los Nombres”).
-Francisco García García.
-Fátima Gil Prior.
-Luciniano Rodríguez Barranquero.
-Juan Santos.
-Francisco García González.
-Carmen Coello Ramos.
-Luna García González.
-Antonio Narváez Hernández.
-Mª Teresa Valencia Pavón.
-Francisco Marín Cabello.
-Manuel Ceballos Vega.
-Salvador Cortes Fernández.
-Gracia Maqueda Fernández.
-Mª Ángeles Maqueda Fernández.
-Guadalupe Díaz.
-José Mª Torres Ruiz.
-Rosario Medina Ordoñez.
-Miguel Campillo Ortiz.
-Manuel Ruiz Romero.
-Rafael Estévez.
-Francisco Romero Romero.
-Juan Antonio Fernández.
-Pilar Mariscal Fernández.
-Manuel Galante González.
-Teodoro Elena Prieto.
-José Verdón Pérez.
-Enrique Rodríguez Vallejo.
-Julio Martínez Fernández.
-Antonio Dueño Molino.
-Miguel Sánchez Gómez.
-Antonio Ortiz Ortiz (Responsable Movimientos Sociales IU-LV-CA Provincial-Sevilla.
-Valme Sánchez Lozano (Concejala y portavoz IU-LV-CA Tomares-Sevilla).
-María del Carmen Olivares.
-Emilia Guillén Benzal.
-Manuel Castro Vela.
-Héctor Rafael Díaz Guillem.
-Carmen Moreno Castillo.
-Antonio Luis Girón.
-César Avilés López (Murcia).
-Ana Núñez Vélazquez.
-Josefa Delgado Enriquez.
-Mª Josefa Vela Delgado.
-Carmen Cueto Antequera.
-Juan Checa García.
-Diego Millán Jurado.
-Fernando Montesinos Jiménez.
-Natividad Peñas Lorenzo.
-Cristóbal Ortiz González.
-Isabel Morillas Sánchez.
-Antonio Ortiz Morillas.
-Javier Ortiz Morillas.
-Eloy Arco Alcaide.
-Francisco Martín Agea.
-Antonio Villegas Trujillo.
-Elena Garzón Gil.
-Mª Jesús Gil Romero.
-Francisco Gil Craviotto (Escritor).
-Matilde Galán Goyeneche.
-Juan José Checa Galán.
-Antonio Checa Galán.
-María Dolores Checa Galán.
-Matilde Checa Galán.
-Isabel Martínez Cano.
-Pedro Antonio Pérez Manjón.
-Juan Alberto Garzón Gil.
-Andrés Carmelo Cob Hortelano (Jurista y militante del PCE e IU en la Agrupación de Aranda de Duero – Burgos).
-Sergio Altea Cueto.
-Carmen Altea Cueto.
-Cristina Altea Cueto.
-Lorena Benedí Gil.
-Rebeca Jennifer Fiuri Martínez.
-Roberto Montesinos Peñas.
-Fernando Montesinos Peñas.
-María Hernández Sánchez.
-Francisco Morales Gela.
-Laura Pérez Torres.
-Ana María Zanini (Argentina).
-Francisco Cenalmor Martín.

miércoles, 24 de febrero de 2010

El 23-F, el elefante blanco y los productores de consenso


Àngel Ferrero

Sin Permiso

21/02/2010

Cuando la crítica independiente se ha convertido en algo tan poco frecuente como la misma prensa independiente y el así llamado "cine independiente", ¿cómo plantearse siquiera la crítica de una película que muy difícilmente verá el lector? Y sin embargo, el caso de Deconstruint el 23-F (Deconstruyendo el 23-F) de Xavier Juncosa dista de ser excepcional: cada año se producen decenas, acaso cientos, de películas, documentales y obras de vídeo que nacen condenadas al destierro de los circuitos alternativos. En algunas ocasiones se debe a su contenido político, en otras, a una legislación de la propiedad intelectual privativa que obstaculiza la actividad creadora, cuando no, como en el caso de Juncosa, a ambas cosas de consuno. Pero son ya tantas que la aparición de nuevos espacios y canales de exhibición –en los que la democratización de las nuevas tecnologías de la comunicación ha jugado un papel no poco importante– amenaza con poner en cuestión el modelo dominante.

Deconstruint el 23-F sólo puede proyectarse en universidades y centros educativos. Lo impiden los elevados precios que exigen las cadenas de televisión por el uso de sus imágenes [1] y también la negativa de los distribuidores a hacerse cargo de un documental que pone en cuestión al pilar mismo sobre el que se sostiene el estado español posfranquista, una monarquía que, por lo demás, se ha caracterizado en todo momento por su falta de transparencia financiera y su despilfarro en toda suerte de lujos y monterías, costeados todos ellos por los contribuyentes mientras los dos partidos mayoritarios del Reino de España cierran filas en torno al monarca. El rey de España goza –generosas ventajas fiscales aparte– de un trato de favor que no tiene parangón con el resto de monarquías parlamentarias europeas. Las penas a los independentistas catalanes que quemaron una fotografía del rey, el secuestro del decano semanario satírico El Jueves o la censura de los silbidos del público durante la final de la Copa del Rey [2] son algunos ejemplos de hasta qué punto los magistrados han puesto en riesgo de erosión la libertad de expresión y el derecho a la información –derechos recogidos en el artículo 20 de la Constitución Española– en su defensa del rey, pues por simbólicas que puedan parecernos todas estas medidas, conducen a la autocensura de los trabajadores en los medios de comunicación (la "producción de consenso" que denunciara Chomsky), ya de por sí considerable: quienquiera que haya visitado el Reino Unido y visto el tratamiento de muchos de los medios británicos para con su familia real no necesita de muchas más pruebas para concluir lo blandos y serviles que pueden llegar a ser la mayoría de la prensa y aún de los humoristas españoles.

El objetivo de este Deconstruint el 23-F, según lo manifiesta el director al principio de la película, es reunir y enfrentar –pues de las virtudes del montaje para ese fin tenemos constancia desde que sobre ellas teorizara magistralmente Serguéi M. Eisenstein– los silencios y frases inconexas de las declaraciones de todos los implicados en el 23-F y esclarecer la verdad de una versión oficial que nunca satisfizo a nadie, por lo que en propiedad la película debería titularse más bien Reconstruyendo el 23-F. Los hechos son de sobra conocidos: el lunes 23 de febrero de 1981 a las 18:25 el coronel Tejero, al frente de doscientos guardias civiles, irrumpe en las Cortes durante la segunda votación que ha de escoger al nuevo primer ministro que había que sustituir al dimitido Adolfo Suárez. Tras un tabernario exabrupto que ha pasado a la historia, Tejero esperó en vano la llegada de una autoridad militar –"el elefante blanco"– que nunca apareció, hasta que al mediodía del día siguiente se rindió y su golpe no triunfó: tan sólo el capitán general de Valencia Milans del Bosch (hoy enterrado en el Alcázar de Toledo) hizo sacar los tanques a las calles, decretar el estado de excepción y retener al gobernador civil.

El rey de España no se dirigió a todos los españoles hasta la 01:20 por televisión, cuando podría haberlo hecho por teléfono por todas las emisoras de radio muchas horas antes. Este (¿inexplicable?) lapso de tiempo es la brecha por la que Juncosa se abre paso en su empeño por desenredar una maraña de interrogantes (hasta once encuentra el director) [3] en cuyo centro encuentra siempre al general Armada –preceptor, secretario y durante muchos años amigo del rey–, quien pretendía un golpe de estado como el del general De Gaulle en 1958, a saber: un golpe amagado, que no pareciese un golpe de estado. Su estrategia pasaba por presentarse en el Congreso como única alternativa a la situación que había creado Tejero, formando un gobierno de concentración nacional, pero la estulticia política del guardia civil –que se negaba a aceptar cualquier gobierno con participación socialista, y menos aún comunista– desbarató el golpe. No por casualidad Armada, a la sazón gobernador militar de Lleida, se había reunido antes con destacados miembros del PSOE para tantear la posibilidad de un gobierno de concentración nacional, todo ello poco antes de ser trasladado, tras la dimisión de Suárez, nuevamente a Madrid bajo égida real. Si los militares más reaccionarios planeaban un golpe de estado para el 2 de mayo con el fin de mermar el poder de la corona y forzar una involución democrática, el de Armada era, en cambio, un golpe para consolidar a la corona en su poder, sostiene Juncosa.

Esta ambigüedad del rey durante esas horas sólo puede obedecer, según el cineasta, a que el rey buscó, por encima de todo lo demás, la supervivencia de la monarquía. Contaba, por una parte, con el precedente de su abuelo Alfonso XIII, que hubo de abandonar el país tras proclamarse la Segunda República, y por la otra, con el de su cuñado Constantino de Grecia, expulsado en 1967 tras un golpe de estado que él mismo auspició y que terminó con la dictadura de los coroneles. Juncosa aventura que fue Sabino Fernández Campo, la verdadera eminencia gris de la Zarzuela, quien aconsejó a Juan Carlos de Borbón primero dilatar la respuesta de la corona para, en función de los acontecimientos, favorecer una decisión u otra, y después que rompiese con Armada para que toda la culpa del golpe recayese sobre éste y Milans del Bosch, quienes aceptaron las acusaciones por disciplina militar. El propio Armada confesó a reporteros de TV3, la televisión autonómica catalana, que el 23-F tuvo «un resultado buenísimo» que no le proporcionaba más que «satisfacción», pues gracias a éste «la monarquía se afianzó», convirtiéndose aquel 23 de febrero en, por decirlo con Antoni Domènech, «el golpe de estado fracasado más exitoso de toda la historia»[4] y repetición paródica -más acorde con nuestra tradición teatral sería el decir: sainetesca- de la historia según el celebérrimo fragmento del Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte de Marx, con Tejero interpretando a Pavía –modelo en el que Armada confesó inspirarse– aún sin él saberlo. El rey Juan Carlos, que hasta entonces no había sido más que una figura gris a la sombra de otros hombres de estado y poco estimada lo mismo entre tirios que troyanos, se ganó literalmente en una noche una legitimidad que ansiaba y se convirtió en una figura mediática a escala internacional, presentándose como garante de la Constitución.

El documental de Juncosa tiene ritmo y su autor, firme el pulso en el montaje, consigue salir airoso del laberinto de entrevistas, imágenes de archivo y recortes de archivo que se ha dedicado a recopilar celosamente durante años. Es una lástima que no haya contado con mejores medios técnicos (para, por ejemplo, depurar la imagen de imperfecciones). En Rashomon (1950), Akira Kurosawa nos mostraba seis versiones de una misma historia. Con el tiempo, el título de la película ha acabado por convertirse en sinónimo de la imposibilidad de conocer un suceso ante la multiplicidad de versiones de los participantes en él. Pero tal interpretación -muy posmoderna, por cierto- es falsa. Al final de la película, el espectador descubre que todas las versiones que ha visto habían sido groseramente manipuladas con el fin ocultar la vileza del comportamiento de su autor en los hechos. Sólo el campesino pobre acaba revelando en el último momento, y sólo ante dos personas, lo verdaderamente ocurrido, que ni que decir tiene, es la versión más incómoda para todos los implicados. ¿Será Juncosa quien acabe interpretando este papel?

NOTAS

[1] En 1990 el documentalista Jon Else alcanzó cierta notoriedad cuando la Fox quiso hacerle pagar 10.000 dólares (la "tarifa educativa") por un fragmento de cuatro segundos y medio de Los Simpsons que aparecía en un televisor en una toma en que unos tramoyistas de la Ópera de San Francisco se relajaban viendo la conocida serie de televisión. Véase Lawrence Lessig [2004], Por una cultura libre. Cómo los grandes grupos de comunicación utilizan la tecnología y la ley para clausurar la cultura y controlar la creatividad, trad. Antonio Córdoba (Madrid, Traficantes de Sueños, 2005), pp.113-116

[2] Daniel Raventós, "FC Barcelona y Athletic de Bilbao: lo que no pudieron impedir que se acabara viendo y oyendo". Sin Permiso, 7 de mayo de 2009.

[3] Ni siquiera todo el material existente es accesible a los investigadores: en algún archivo del Pentágono se archivan las cintas magnetofónicas con las transcripciones de cientos de llamadas de teléfono interceptadas por un avión espía estadounidense. Las cintas de las llamadas entre la Zarzuela, la Moncloa, la Brunete y las Cortes son materia reservada.

[4] «Se podría decir que ese giro a la derecha [del PSOE] estuvo en buena medida propiciado también por un shock; el shock causado por el golpe de Estado fallido más exitoso de la historia contemporánea: el de Tejero, Milans del Bosch y Armada del 23 de febrero de 1981, un "asunto interno de España", según el entonces secretario de Estado de Reagan, el general Alexander Haig». Antoni Domènech, "Presentación de las versiones castellana y catalana de "La doctrina del shock" de Naomi Klein", Sin Permiso, 28 de octubre de 2007.

Àngel Ferrero es licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente realiza el doctorado en esa misma universidad y escribe artículos de crítica cultural en la revista SINPERMISO.

martes, 23 de febrero de 2010

23-F: La patraña nacional


Amadeo Martínez Inglés

La República

23/02/2010

Ha costado casi tres décadas pero al final la verdad, como no podía ser de otro modo, ha saltado a la luz con fuerza inusitada (de momento, solo a través de los no censurados canales informativos de la red) una vez que el secreto mejor guardado de la transición, la muy reservada directiva golpista de la cúpula militar española de los años ochenta clasificada como “Máximo Secreto” y que contemplaba la madrugada del 2 de mayo de 1981 como siniestro punto de partida de un nuevo “Alzamiento Nacional”, la desconocida hasta hace muy pocos días “Operación Móstoles”, la técnicamente conocida por sus planificadores y valedores como DIPLANE (Directiva de Planeamiento Estratégico) CGA-02M-81 de la Capitanía General de Aragón y con “poder operativo real” sobre el 80% del conjunto de las FAS españolas de la época… está ya a disposición de todos los españoles.

Sí, así es, a día de hoy, cuando se cumple el vigésimo noveno aniversario del famoso y mediático 23-F, acaba de desvelarse el último de sus secretos y ya se sabe a ciencia cierta cual fue la razón última (y única) de que en España se desarrollara, en la tarde/noche de aquél tragicómico día 23 de febrero de 1981, una de las mayores y chapuceras maniobras político-militares que recuerda la historia de este país: contra el orden establecido, contra la propia Constitución española, contra sus leyes y contra la pacífica convivencia de todos sus ciudadanos. Y a cargo, precisamente (aunque la verdad durante todo este tiempo ha permanecido escondida tras las amplias bambalinas mediáticas del sistema) de la más alta autoridad institucional que debía garantizar todo lo anterior: el jefe del Estado español a título de rey, Juan Carlos de Borbón.

Sí, sí, amigos, nos han estando engañando durante casi treinta años (cortesanos, periodistas, políticos y pelotas de la muy rancia monarquía de derecho franquista que todavía “disfrutamos”) a los ciudadanos de este país en relación con el 23-F, haciendo pasar por un rey valentón, salvador de la democracia y defensor de los derechos y libertades de todos sus súbditos a un señor (con corona eso, sí) que, en realidad, fue el impulsor, el coordinador y el máximo responsable de aquella mal llamada “intentona militar involucionista”. Y es ahora, tras 29 años de silencio culpable por parte de los poderes públicos en los que nos hemos tenido que tragar historietas falsas sobre “el bueno y gran Borbón” que nos salvó a todos los españoles de Tejero y los suyos, y hasta series televisivas hagiográficas y repugnantes por parte de TVE, cuando por fin se puede demostrar con pruebas irrefutables provenientes del ámbito militar que este monarca sin par, Juan Carlos I, demócrata, valeroso, enviado por Dios cual nuevo Santiago matamoros para salvar in extremis a la siempre cristiana España, fue en realidad quien, víctima de un agudo ataque de miedo insuperable ante lo que se le venía encima en la emblemática fecha del 2 de mayo de ese fatídico 1981 por cuenta de sus antiguos subordinados (los generales franquistas) que querían su cabeza por traidor a su generalísimo, se permitió dar luz verde a sus validos y cortesanos militares para que pusieran en marcha el contragolpe blando y palaciego que recondujera la difícil situación… o sea, el 23-F que todos conocemos.

Y ahora, sabiendo lo que ya sabemos, solo nos queda a los españoles, en el vigésimo noveno aniversario de aquella charlotada “made in Zarzuela”, el recurso de pedirle cuentas, muy claras y precisas, a nuestro querido rey “salvador” de antaño. Porque, de entrada, y a poco que estudiemos someramente la documentación que sobre el 23-F y la “Conspiración de mayo” de los generales franquistas que lo propició corre como la pólvora estos últimos días por la red, queda meridianamente claro para cualquiera que el todavía jefe del Estado español (a título de rey) cometió ese infausto día, entre otros, presuntos (pero que muy presuntos) delitos de golpismo, traición y cobardía. Sí, sí, tres y a cual peor. Aclaremos un poco la cuestión para los no iniciados en estos chanchullos borbónicos. Veamos:

El ciudadano Borbón (rey de España sí, pero por la gracia de Franco), cometió en primer lugar un presunto delito de golpismo. Siempre estuvo muy claro para los pocos, poquísimos, investigadores que llevamos décadas estudiando aquella su subterránea apuesta palaciega del 23 de febrero de 1981, que la máxima responsabilidad de tan demencial maniobra político-militar-institucional debía recaer en su regia figura. Y existían (y existen) tantas pruebas y tan abundantes indicios racionales de esa culpabilidad que alguno de esos investigadores (no miro a nadie), inasequible al desaliento y luchando a brazo partido contra el omnímodo poder del sistema, se ha permitido trasladarlas repetidas veces a las más altas instituciones del Estado español, Cortes Generales incluidas; para que la verdad de lo sucedido hace ahora 29 años pudiera salir a la luz y fuera conocida en toda su extraordinaria gravedad por el pueblo español. Ahora, tras la salida a la opinión pública del secreto militar tan celosamente guardado durante treinta años en lo más recóndito del estamento castrense, la cosa no admite ya ninguna duda y al campechano y golpista Borbón de nuestra historia no le quedará más remedio, más pronto que tarde, que asumir su errores con todas las consecuencias.

En segundo lugar, el coronado sujeto que preside el organigrama político español, deberá asumir también algún día con todas las consecuencias la perversa traición que cometió con sus leales subordinados, colaboradores y validos militares (los generales Armada y Milans) al abandonarles a su suerte tras la absurda mascarada de Tejero; después de llamarles repetidas veces desleales, miserables y golpistas y patrocinando un absurdo juicio militar en Campamento (Madrid) que, además de salvar sus claras responsabilidades personales como supremo valedor de la desgraciada intentona político-militar puesta en escena por Tejero, corroborara la injusta clasificación de ambos altos militares como “cabezas de turco” institucionales y los enviara a prisión por treinta años sin las más elementales garantías jurídicas y de defensa.

Y por último, tras las últimas informaciones aparecidas sobre el 23-F y sus prolegómenos políticos y militares, queda también meridianamente diáfano que el monarca español, presunto héroe de aquella estrafalaria asonada, hizo gala de una cobardía sin límites a lo largo de todo su desarrollo refugiándose permanentemente en el egoísmo más brutal, en la vanidad más escandalosa y en el más absoluto desprecio por el pueblo español al que puso, con su insano proceder, al borde de una nueva guerra civil. Todo por salvar como fuera su preciada corona.

Todos los hechos históricamente relevantes en un país, hasta los más despreciables como las guerras y los golpes de Estado, tienen sus reglas y, si se permite la ironía en un caso como éste, su “deontología profesional”. Y si en un golpe de Estado o en cualquier otra acción ilegal contra la patria, un líder político o militar (y no digamos un rey inviolable, cuasi divino) se ve abocado a cambiar sus planes, sus indeseables proyectos, para reconducir su ilegal operativo e, incluso, para sobrevivir a su crimen, no puede ni debe abandonar a sus subordinados sin asumir sus responsabilidades, aunque solo sea a título intimo y personal. Y menos aún traicionarles públicamente, insultarles y enviarles a galeras por muchos años.

Prácticamente en ningún país de este violento mundo, ni el más descerebrado de los golpistas castrenses en una acción contra el Estado ni el más sanguinario de los generales carniceros en una cruenta guerra, osaría, saltándose a la torera una norma “ética” no escrita en reglamento militar alguno pero respetada hasta el sacrificio por cualquier jefe u oficial con mando, tachar de traidores y desleales a unos subordinados que, cumpliendo órdenes suyas, se han sacrificado y puesto en juego sus carreras y sus vidas.

Lamentable, desde luego, la actuación del rey Juan Carlos I en la larga noche del 23-F. Aunque alguien podría decir al respecto: “Así han obrado la mayoría de los reyes españoles durante siglos”. Y es verdad. Pero esos reyes casi siempre acabaron, aunque la historia no lo recogiera, con el infamante apellido de “rey felón” grabado a fuego sobre su regia corona. Y, además, ninguno, que yo sepa, tuvo la desfachatez y la caradura de reclamarse demócrata y salvador de los derechos y libertades de sus súbditos.

Golpista, traidor y cobarde. Tristes sambenitos para nuestro antes “muy amado” (ahora muchos españoles lo reciben con gritos e insultos) y envejecido Juan Carlos I que, sin embargo, logró salvar su corona y su figura el 23-F. Pues esta es la verdad, amigos, y así acabará pasando a la historia, pese a quien pese. Aunque TVE, siguiendo órdenes de La Zarzuela, nos siga dando la lata año tras año con su matraca oficialista: “El día más largo del rey...” Y, también, queridos pelotas de la televisión pública, el más despreciable y culpable de su ya largo reinado, a pesar de que al final, traiciona que te traiciona, se saliera con la suya. Por cierto ¡Anda que no pasó miedo ese recordado día el puñetero Juanito de nuestra historia, llorando a moco tendido en brazos de su “santa griega” y del bueno de don Sabino! Pero hay que reconocer que aguantó el tipo el muy c… Y es que tiene una cara que se la pisa.

lunes, 22 de febrero de 2010

23-F, el 18 Brumario de Juan Carlos de Borbón


Antonio Salvador

El Llanto de la Acequia

18/06/2007

«La restauración monárquica nacía elitista, selectiva y desconfiada ante la voluntad popular libremente expresada. Surgía del caciquismo de los clanes y castas del franquismo, que se ampliaba a los caciques de la oposición, ávidos de tocar poder (...) No obstante, tenía una ventaja sobre el modelo a imitar, aquél de 1874, es que en esta ocasión la llamada ala liberal, frente a la conservadora, era más amplia, pues comprendía también a la izquierda histórica, una izquierda que renunciaba a todo lo que la definía como tal»

Pablo Castellano (exdirigente del PSOE, del PASOC y de IU)


Soy hijo de la Transición. Nací cuando el nuevo Régimen estaba ya consolidado, en plena era felipista. Crecí oyendo hablar de ella, siendo adoctrinado, aprendiendo a adorar aquel proceso político mitificado. Desde el púlpito televisivo, desde el sillón del maestro, la gran mentira cuajó en mí, y en mis compañeros de generación. No conocimos a Franco, ni siquiera a Suárez, España ya había transitado cuando vinimos al mundo.

Ahora otro aniversario revive aquella época. De nuevo, alabanzas y parabienes al consenso, reverencias al monarca, y recuerdo cariñoso del duque de Suárez. Todo sea por la Constitución, todo por la democracia. Morralla, basura informativa, sumisión al poder, pena de país.

En medio de la ficción caramelizada, dos antiguos prohombres de la UCD confiesan el delito: el principal objetivo de la Transición fue reducir a mínimos el potencial social, obrero y electoral del PCE. Para ello, fabricaron una ley electoral anticomunista y financiaron al PSOE. Ya no nos pueden llamar conspiranoicos, Herrero de Miñón y Calvo-Sotelo han cantado.Ganaron, volvieron a ganar. De hecho, no han perdido desde el 18 de julio. El herrumbroso andamiaje de la dictadura obstaculizaba las perspectivas europeas del capital. El invento franquista ya no les servía. Había que renovar el Estado, siguiendo siempre parámetros lampedusianos. Evitar la República, apostando por la Monarquía heredera del dictador.

Uno de los puntales de esta estrategia fue el meteórico resurgimiento del PSOE, a cuenta de alemanes y yanquis, con discurso rupturista e intenciones reformistas. El PSOE de Suresnes renunció a Pablo Iglesias y se encargó de arrinconar al PCE. La clase política franquista se dividió en varios partidos, desde el centro derecha al fascismo más irredento. El búnker ejerció de asustaviejas, sus cachorros actuaron como bandas parapoliciales, reventando manifestaciones y asesinando izquierdistas.

El PCE abandonó el rupturismo, acató la Monarquía, jugando al posibilismo. La disciplina de partido, el centralismo democrático, condicionaron la actuación política de muchos militantes comunistas disconformes con el carrillismo. La extrema izquierda, abanderada del republicanismo, fue perseguida y diezmada, emigrando sus cuadros dirigentes al PSOE en los ochenta.

ETA animó el ruido de sables, mientras crecía el apoyo ciudadano a la izquierda abertzale. Desmovilizado el movimiento vecinal, calmadas las universidades, contentos los sindicatos con la legalidad y la posibilidad de negociar con el patrón, la Transición fue triunfando. Con el paso del tiempo, gente cómo Marcelino Camacho o Julio Anguita han reconocido que aquello constituyó una evidente derrota de las fuerzas populares.

Algunos rumores de golpe militar quizás fueron difundidos desde los propios partidos de izquierda, ávidos de justificarse ante su honrada y leal militancia. Lo cierto es que el sector más duro del franquismo no estaba contento con el rumbo de la Transición, demasiado liberal para su gusto. Estos factores cristalizaron el 23 de febrero de 1981, cinco años después de la muerte del Generalísimo, en la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente del gobierno.

Numerosos indicios, desvelados por militares disidentes como Juan Alberto Perote o Amadeo Martínez Inglés, señalan que la toma del Congreso fue una farsa y el propio Tejero un pelele, dirigido por instancias superiores. Una operación de envergadura, que rectificó el camino que empezaba a recorrer el nuevo Régimen. Una operación que debilitó el poder autonómico y facilitó la victoria socialista en 1982, a costa del desmoronamiento de la UCD.

Parece que Adolfo Suárez, principal arquitecto de la Transición, quiso volar sólo, no respetó los compromisos adquiridos, intentó independizarse de la tutela imperialista. Decidió ser el De Gaulle español, un derechista sutilmente enfrentado al Imperio, formar parte del mundo no alineado, establecer relaciones más fuertes con el bloque socialista. Y, casualidades del destino, los barones ucedistas empezaron a rebelarse, se revolvió el gallinero del centro, decayó el favor regio, y llegó la dimisión de un Suárez amenazado y vencido. Washington no paga traidores.

La ultraderecha se diluyó en el pozo de AP, ETA siguió matando, España votó masivamente al PSOE. Los mismos que habían rechazado la OTAN ratificaban nuestra entrada en esa alianza terrorista, a la vez que organizaban el GAL. El PCE fundaba Izquierda Unida, como un proyecto unitario que agrupaba a las distintas sensibilidades anticapitalistas. Felipismo, guerra sucia, corrupción. Pero eso, es otra historia.

El golpe del 23-F triunfó, aunque los cortesanos nos digan lo contrario. Se desarticuló la opción Suárez y a la izquierda le metieron el miedo en el cuerpo. España amaneció juancarlista aquel 24 de febrero. El trabajo estaba hecho, la República olvidada, los criminales franquistas amnistiados, España en la OTAN, la verdadera libertad agonizante en el vertedero de la Transición.

Juan Carlos de Borbón, digno sucesor del gallego, venció. El pueblo soberano, se dejó engañar, se dejó ganar. La Transición devino en dogma. La democracia, en quimera. La dinastía Borbón, expulsada en dos ocasiones del solar patrio (1868 y 1931), volvió a legitimarse. Como antaño, los espadones al servicio de la Corona. La República ha muerto, viva el Rey.

http://socialismoeslibertad.blogspot.com/2007/06/soy-hijo-de-la-transicin.html

domingo, 21 de febrero de 2010

Los monarcómanos del 23F



Antonio García-Trevijano

La República Constitucional

10/06/2006

La antigua doctrina cortesana distinguía dos clases de monarcas. Los que lo eran por legitimidad de su origen dinástico y los que lo eran por legitimidad de ejercicio de su función coronada. Cuando cualquiera de esas dos legitimidades parecía dudosa, y la situación del Reino se hacía inestable, los legitimistas y los situacionistas las sumaban. Esto ha sucedido en España con Juan Carlos I a partir del 23F.

Su derecho a ocupar el trono ya no solo proviene de Franco, y de la renuncia forzada de su padre, sino sobre todo de la legitimidad carismática que le dio, ante un pueblo asustado, su providencial comparecencia en televisión para anunciar a los españoles que podrían dormir tranquilos tras el aborto que él mismo hizo de la asonada del coronel Tejero. En aquella madrugada murió el débil monarquismo y nació el poderoso “juancarlismo”. El problema de la Monarquía se trasladaba de este modo a la falta de legitimidad del heredero de un Rey carismático. Entonces escribí un artículo en “El Mundo”, reproducido en “ABC”, sosteniendo la tesis de que la Monarquía solo la podría legitimar el heredero si los españoles lo aceptaban como Rey.

Ningún historiador ha desenmascarado todavía tan oportunista mito, que convertía en héroe repentino, digno del premio Nobel de la Paz, a quien el día anterior no se le reconocían cualidades mentales o de carácter para imponer su voluntad a los que le impusieron una función decorativa en la Monarquía de Partidos. Nadie exigió explicaciones parlamentarias a la dimisión de Suárez, antecedente causal del 23F, pese a que la justificó en el peligro de un golpe militar. Ningún medio de comunicación se preocupó de investigar el absurdo de la explicación oficial. Y el nuevo Rey carismático continuó disfrutando de la Corona, sin el menor asomo de carisma ni de influencia en los acontecimientos que han conducido a la situación actual de España como Estado sin Nación propia, exclusiva de otras Naciones.

Ningún historiador ha explicado los hechos que denuncié en otro artículo publicado también en “El Mundo”, donde dije que el propio Rey se autoinculpó en el mensaje televisado, cuando reconoció haberle dicho al capitán general de la región valenciana, con los tanques en la calle, que después de su última conversación por teléfono con él ya no podía dar marcha atrás. Yo no conocía el dato de que a las tres de la mañana se había retirado de la agencia Efe el texto enviado a dicho general, donde se aclaraba el misterioso mensaje televisado.

Dos días después de la publicación de mi artículo, en la entrega del premio Pelayo a juristas de reconocido prestigio, un señor que yo no conocía me dijo: soy fulano, Vd. ha sido el único que ha dicho la verdad sobre el 23F, yo mismo ordené al capitán zutano que retirara el texto de la agencia Efe sin dejar rastro, y la entrevista del Rey con el General Alfonso Armada, que se presentó de improviso el día 11F abandonando su destino, solo pudo celebrarse cancelando la audiencia concedida a D. Alfonso de Borbón. Concertamos un encuentro posterior donde el Sr. Fulano, que aún vive, me confirmó todo lo que yo había intuido. Fue la opereta de Tejero, para impedir un Gobierno militar con participación socialista, la que hizo desistir al Rey y los tenientes generales de su gran Opera.

viernes, 19 de febrero de 2010

Falange contra Garzón o la transición española en los espejos cóncavos del Callejón del Gato


Miguel Ángel Rodríguez Arias

Rebelión

16/02/2010

Como en una escenificación teatral, el dramatis personae está dispuesto. El juez díscolo, en el banquillo; los muy leales magistrados –al Caudillo, a Dios y a España, según parece–, dispuestos a la suspensión y al procesamiento. La extrema derecha afila los cuchillos.

No había remedio. Era evidente que, antes o después, alguna vez, alguien tenía que ser llevado ante la justicia en este país ante todos los crímenes de lesa humanidad, violaciones de los derechos humanos y demás aberraciones del genocidio franquista, el último genocidio negado del siglo XX.

Así que, tan carpetovetónicos y ufanos como siempre, hemos decidido llevar al juez que intentó juzgar a los verdugos.

Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos del Callejón del Gato dan el esperpento: España –el colapso en cadena de nuestro entero sistema de justicia ante los crímenes del franquismo– como deformación grotesca de la civilización europea, ya se sabe, Max Estrella dixit.

Deformemos, por tanto, también nosotros, con Don Ramón, la expresión en el mismo espejo que nos viene deformando las caras desde la transición ejemplar de las 150.000 personas en fosas clandestinas, los asesinatos y robos convalidados –vaya, se dice que aquello tambien eran juicios– y los miles de 'niños perdidos'; la transición ejemplar de las elecciones a Cortes Constituyentes con la Izquierda Republicana del Presidente Azaña y la Unión Republicana del Ministro Giner de los Ríos, prohibidas... que una cosa era legalizar a unos comunistas muy simpáticos en las elecciones de 1977, y otra muy distinta a los partidos republicanos, acaso más conservadores ellos… pero demasiado republicanos al parecer. Mira que si de verdad se llega a permitir elegir entre un Estado monárquico y otro republicano... era mucho más seguro elegir entre la monarquía y la nada para que en el país de la noble osadía y la Segunda República española el reestablecimiento monárquico decidido por Franco pudiese continuar...

A fin de cuentas a cualquier partido político le puede pasar lo de ser legalizado un poco más tarde de la cuenta y perderse una Constitución española; démosles por perfectamente representados por Falange y por el resto de grupúsculos de la extrema derecha a los que sí se permitió participar, en cambio, sin pega alguna; mientras Acción Republicana Democrática Española continuaba en su largo exilio forzado.

Todo de lo más legítimo y, vaya, seguro que más o menos lo que se entiende por principio de elecciones libres y justas en Naciones Unidas... y no digo entonces, no, que era todo tan difícil, sino ni siquiera ahora que, una vez pasado el apuro del 78, ya tenemos este magnífico Estado de Derecho monárquico, y esta judicatura tan juramentada con los viejos tiempos –efectivamente, la joya de la corona–. Y claro, la verdad que da que da fatiga ponerse a organizar referéndums constitucionales, en igualdad, paz y libertad, y dejando participar –a tiempo esta vez–, incluso a los partidos históricos del republicanismo español... aunque quizás así tendríamos una República democrática o, al menos, una Monarquía elegida de verdad ante alguna alternativa.

Por el momento nos tocará asistir, sin remedio, a la función: con la parte más visible de lo mucho que resta del franquismo entre nosotros denunciando a uno de los pocos jueces que ha intentado juzgar sus crímenes, la menos visible enjuiciando al juzgador, y las familias de las víctimas –de fosa en fosa– buscando a sus muertos... que nuestro Gobierno y autoridades ya se encargan solitas de omitir el ejercicio de sus más elementales responsabilidades de Estado y, con ello, de omitir en este campo la misma dignidad institucional de los puestos que ocupan. Pero eso sí, le han deseado buena suerte a Garzón en estas circunstancias y, sinceramente, yo con eso ya me quedo mucho más tranquilo. El Gobierno de España ya ha cumplido con su deber.

Así que nada, en vez de ponerse el mismo celo en la aplicación de la Ley de Partidos a las formaciones que hacen exaltación y apología del genocidio y la dictadura franquista –así el artículo 9.3, “promover, dar cobertura o participar en actividades que tengan por objeto recompensar, homenajear o distinguir las acciones terroristas o violentas o a quienes las cometen o colaboran con las mismas”, “apreciando la continuidad o repetición de las mismas en la trayectoria de un partido (…)así como las actitudes significativamente repetidas de sus afiliados o candidatos”, añade el 9.4–, se desarrollará ante nuestros atónitos ojos, y los del mundo entero, el caso Falange contra Garzón, aunque mucho me temo que a nuestro juez valiente le va a tocar un poco más de esa doctrina del embudo de lo justo y de lo democrático que tan bien conocen ya por desgracia los partidos republicanos y todas las víctimas del franquismo.

Y todo vuelta a empezar…

Si en Luces de bohemia el sentido trágico de la vida española sólo podía darse con una estética sistemáticamente deformada, estoy seguro que en el día después de levantarse el telón en el juicio contra Garzón Valle Inclán mismo no se referiría ya a los espejos cóncavos del Callejón del Gato, sino a los que, así las cosas, inevitablemente dejó aquel dictador "de lo atado y bien atado" en algún lugar de la Zarzuela.

“PICA LAGARTOS: ¡El mundo es una Controversia!; DON LATINO: ¡un esperpento!; EL BORRACHO: ¡Cráneo previlegiado!”.

Miguel Ángel Rodríguez Arias es profesor de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha, autor del libro El caso de los niños perdidos del franquismo: crimen contra la humanidad y otros trabajos pioneros sobre desapariciones forzadas del franquismo que dieron lugar a las actuaciones de la Audiencia Nacional.

miércoles, 17 de febrero de 2010

No más "reconciliación del embudo"


José Luis Pitarch

Levante

10/02/2010

El investigador y profesor de Derecho Penal Internacional Miguel A. Rodríguez Arias acaba de dar remate a su extraordinario esfuerzo de aprestar un "Borrador de Anteproyecto de Ley de verdad, justicia y reparación para las víctimas del genocidio y la dictadura franquista y el posterior periodo de impunidad", en el cual hemos colaborado, en mucho o en poco, con aportaciones, con alientos, personas y asociaciones. Que no admitimos la tramposa, insuficiente reconciliación del actual régimen por parcial, controlada, troceada ("reconciliación del embudo", se permite uno llamarla), sino reclamamos una reconciliación comparable a las que hubo en Alemania o Italia tras el fascismo.

Aunque aquí somos más generosos o longánimos: no pedimos, por ejemplo, que Fraga --con las manos manchadas de sangre de torturados y fusilados con su voto a favor, y explicante-justificante máximo del "asesinato de Estado" en cuanto Ministro de Información, ¡uf, información!-- responda de sus presuntos delitos de lesa humanidad como Philippe Pétain, Pierre Laval, Von Ribbentrop o Speer. Nos basta que se vaya a su casa de una vez, no manche, presidiéndola, la Mesa inicial del Senado cada legislatura, no presida un partido que se dice democrático. (Claro que en este partido hay buen montón de fascistas más o menos vergonzantes; de ahí que apenas prosperen por acá partidos fascistas confesos, cual sucede en otros lares, vean Austria, Holanda, etc).

El Anteproyecto de Arias busca llegar a las Cortes, en el ámbito de la Iniciativa Legislativa Popular (Artículo 87.3 de la Constitución) y para su correspondiente tramitación parlamentaria. Lo cual anuda con el "derecho a participar en los asuntos públicos directamente" (derecho esencial, cardinal, Artículo 23 de la citada, perteneciente al "núcleo duro" de los "Derechos Fundamentales y Libertades Públicas" del Título Primero de la Constitución), así como con el 66.1 ("Las Cortes Generales representan al pueblo español").

Uno ha cursado mensaje de felicitación a Rodríguez Arias, del que extractaré a ustedes pasajes, con algunos añadidos. Veamos: cuando este amado país termine de verdad, no sólo a medias (y la mitad de la verdad es con frecuencia la mayor mentira), esa "transición" o transacción del embudo, corrompida por la coacción de "lo tomas o lo dejas", tragas esto, eso y aquello, o no hay democracia, ni elecciones, ni partidos legalizados, ni Constitución, y de cierre el Ejército, aberrantemente, en el neurálgico Título Preliminar de la Constitución, heredando el Art. 37 de la Ley Orgánica del Estado del césar marroquí; cuando termine, decimos, esa transición trufada de señuelos y bachillerías que han prosperado sobre la ignorancia y buena fe de un pueblo sin experiencia ni madurez democrática, habrá al fin un Gobierno --esperemos que republicano, República igual a Regeneración-- que se atreva a rotular calles a nombre de los combatientes antifascistas o "maquis", héroes en toda Europa, del este y del oeste, menos en España, en tantas cosas la "excepción europea".

Sí, excepción en letras gruesas, que aún hemos tenido autos de fe inquisitoriales en el siglo XIX (en mi Valencia; no les extrañen demasiado los amoríos telefónicos de Camps con un gangstercillo, o lo de Rita confesando --¡qué ignorancia jurídica!-- regalos de 3.000 euros en consideración a su alto puesto o función (delito del Art. 426 del Código Penal), o lo de La Rúa exonerando a toda prisa a su amigo President en vez de tener en cuenta un revelador informe de la Policía que ponía a Camps contra las cuerdas, llegado días antes del preconcebido lock-out de actuaciones, o las cien cuentas secretas de Fabra en sólo un año, o lo de Blasco navegando desde el núcleo duro del marxismo-leninismo y el FRAP "terrorista" al núcleo duro del PP valenciano. ¡Tierra querida y fascinante!, no de inmoralidad sino de amoralidad). Disculpen el paréntesis.

Por la excepción europea nos andábamos. Miren la exotiquez de que ni los Habsburgo (tras Carlos I de Austria-Hungría), ni los Hohenzollern alemanes (tras el forfait del káiser en 1.918), ni los Saboya italianos después de Humberto II, ni los Borbones franceses desde 1.830, ni los ídem napolitano-sicilianos desde 1.860, ni los Poniatowski polacos desde el siglo XVIII, ni la Sublime Puerta, ni los descendientes del rey Pedro de Yugoslavia, del rey Boris de Bulgaria, del rey Miguel de Rumania, del rey Zogu de Albania, ni los de los zares, of course, han retornado al trono. Mas aquí ya disfrutamos por cuarta vez a los Borbones, que siempre han venido a través de golpe de estado o de guerra civil (la de "la Independencia" también lo fue, muchos militares obedecieron a José Bonaparte, en cuya familia había abdicado Carlos IV). ¡Somos únicos, incomparables! (Y Juan Carlos sabía, el 23-F, que por quinta vez ya no iban a venir. Es una de las claves del golpe blando cuando quiso convertirse en duro).

Habrá al fin unos gobernantes --retomemos el hilo de mi mensaje a Arias-- que se atrevan también a titular plazas con nombres de los secuestrados, torturados, asesinados y enterrados sin nombre por fosas, pozos y barrancos. (Porque, a hoy día, ni siquiera al Teniente General valenciano Vicente Rojo Lluch, máximo jefe del Ejército de la República, le han concedido una costanilla en Valencia). Habrá unas Cortes y un Gobierno, en fin, que tengan la dignidad de ascender a general honorífico o póstumo a algunos coroneles de muy alta conceptuación profesional (incluido "Estado Mayor") cuya carrera fue dinamitada (Monge Ugarte, Díez Gimbernat,...) por estar fichados como "úmedos", mientras llegaban a general Blas Piñar o Cañadas (progolpistas a la luz del día, impulsores del sedicioso "manifiesto de los cien" de diciembre 81), y otros muchos como Gastón Molina o Marchante, por citar sólo breves ejemplos.

Cantaremos entonces con Labordeta, por última vez: ""Habrá un día en que todos... /veremos una tierra que ponga 'libertad' ((todos, repitamos, sin las exclusiones o trágalas de esta reconciliación del embudo: la de los guerrilleros antifascistas, últimos soldados de la República, ejercientes del sagrado derecho de resistencia armada a la tiranía (vide Aristóteles, Tomás de Aquino, Locke…), derecho que parió los Estados Unidos; la de los sepultados con rabia fascista en fosas comunes, y hasta hoy; la de los militares leales al pueblo))... para así levantar/ a aquellos que cayeron/ gritando libertad..."". Y ese día ya no habrá magistrados como Don Luciano Varela ignorando fundamentales preceptos de justicia internacional y universal, incluido el pronunciamiento del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas el 31 de octubre último; haciendo los imposibles contra prácticamente el único juez que ha dicho bien claro y bien alto que la dictadura franquista fue simplemente genocida y delincuente de lesa humanidad.

Si me permite aún el lector, acababa uno el e-m a Arias así: Con un punto de dolor a mis sesenta y montón de años, vuelvo a mi amigo Labordeta (con quien estuve no hace tanto en Jaca rememorando y honrando a Fermín Galán y García Hernández): "También será posible/ que esa hermosa mañana/ ni tú ni yo ni el otro/ la lleguemos a ver;/ pero habrá que empujarlo/ para que pueda ser". Ahí estamos.

*Presidente estatal de Unidad Cívica por la República y profesor de Derecho Constitucional (Univ. de Valencia).

viernes, 12 de febrero de 2010

Declaración de UCAR-Granada ante la ofensiva judicial del franquismo residual contra el juez Garzón


La Unidad Cívica Andaluza por la República en Granada, ante la ofensiva desatada por el franquismo judicial contra el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón Real, campaña de acoso y derribo que pretende sentarle en el banquillo de los acusados por haberse atrevido a investigar los crímenes de de la dictadura, manifiesta:

1. Que, dejando de lado los pareceres personales sobre pasadas actuaciones judiciales de Garzón, es de recibo reconocer que ha sido el único juez que ha intentando juzgar los crímenes contra la humanidad cometidos por los sicarios del general Franco, el único magistrado que ha tratado de resarcir a las víctimas del régimen totalitario establecido en España en el período 1939-1975.

2. Que el Auto de procesamiento contra Garzón, dictado por Luciano Varela, magistrado del Tribunal Supremo, resulta vergonzante hasta para los legos en Derecho, conteniendo un cúmulo de aberraciones jurídicas de calibre desmesurado.

3. Que el ataque frontal antiGarzón desencadenado por la extrema derecha judicial y mediática es vivo reflejo de la correlación de fuerzas existente en nuestro país tras la Transición, claramente desfavorable para aquellos que combatieron la tiranía franquista y que sufrieron las consecuencias de haberse resistido a la opresión.

4. Que la denominada Transición democrática supuso un fraude de incalculables consecuencias, una operación de voladura controlada del régimen fascista, dirigida y auspiciada por los herederos políticos e ideológicos del dictador.

5. Que el principal objetivo de la Transición fue garantizar los privilegios de la casta franquista, aún a costa de dejar en la estacada las legítimas pretensiones de libertad y justicia de republicanos y antifranquistas.

6. Que el franquismo militante y/o encubierto continúa enquistado en determinados sectores de la sociedad española, siendo poderoso e impune en el ámbito judicial.

7. Que en esta caza de brujas contra el juez Garzón participan también el principal partido de la oposición (PP) y destacados jerarcas del partido del gobierno (PSOE), enemigos personales del magistrado por su instrucción de diversos sumarios de corrupción y terrorismo de Estado (GAL, Gürtel, etc).

8. Que si Baltasar Garzón es juzgado, condenado y expulsado de la carrera judicial por haber procurado Verdad, Justicia y Reparación para las víctimas del fascismo, el Estado de Derecho del que tanto presumen nuestros próceres sólo será papel mojado, una ficción intragable para cualquier demócrata del mundo.

UCAR-Granada, asociación republicana, interclasista y pluralista, empeñada en la reconstrucción de la razón democrática española, denuncia la venganza del franquismo residual contra el profesional del Derecho que osó pisar el jardín secreto de la dictadura. Las mujeres y los hombres que formamos UCAR-Granada, seguimos convencidos de que sólo la futura Tercera República restituirá la democracia plena en nuestro país.

En esta hora decisiva, Garzón somos todos. Si Garzón es imputado, la Recuperación de la Memoria Histórica y la Lucha por la Tercera República serán arrojadas al banquillo de los acusados.

Salud y República.

Junta Directiva de UCAR-Granada.

En Granada, a 11 de febrero de 2010, 137º aniversario de la proclamación de la Primera República Española.

http://republica-granada-ucar.blogspot.com/

Para adherirse: ucargranada@gmail.com

Adhesiones colectivas:

-Plataforma de Ciudadanos por la República de Granada.

Adhesiones individuales (En riguroso orden de llegada):

-Antonio Romero Ruiz (Coordinador de la Red de Municipios por la Tercera República).
-Manuel Navarro Lamolda (Secretario de Granada Laica).
-Francisco Fernández Moyano.
-Dolores Iglesias Maiztegui.
-Juan Pinilla Martín (Cantaor, Premio Lámpara Minera 2007 del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión).
-Pablo Laguna Sánchez (Responsable de Jóvenes Laicistas de Europa Laica y Coordinador de Zubia Laica).
-Ignacio María del Río Sánchez.
-Maite Molina Navarro (Coordinadora local de IU en Granada).
-Alfredo Ruiz Marcos.
-Alfonso Bejarano Franco.
-Jesús Fernández Martín (Coordinador local de IU en Huétor Vega).
-Hilario Sánchez Díaz (Concejal de IU en Cijuela).
-Antonio Marín Hernández.
-José Manuel Gutiérrez Rueda.
-Antonio Molina López (Portavoz del grupo municipal de IU en La Zubia).
-Jesús de Manuel Jerez.
-Felipe Alcaraz Masats (Ex Presidente Ejecutivo del PCE).
-Rosario Cervilla Garzón.
-José Vicente Pérez Pérez.
-Rafael Martínez de la Ossa Sáenz-López.
-Eva Martínez Leyva.
-Manuel Saénz Hernández.
-Genoveva Pérez Reyes.
-Francisco Fernández Marín.
-José Prados Gómez.
-José Antonio Cabrera Fernández. .
-Helí García Martínez.
-Miguel Pereira Calvente.
-Juan Antonio Aguilera Mochón.
-Francisco Javier Barrós Leal.
-Laura Rodríguez Mejías.
-Luis Romero Vega (Concejal de IU en La Malahá).
-Pilar del Río Sánchez (Periodista, esposa del Premio Nobel José Saramago).
-Leocadio Fernández García.
-Rosa de Castro Díaz.
-Mercedes Toro Garzón.
-Juan José Carreño Medina.
-María Luisa Ibáñez Jacinto.
-Jordi Grau i Gatell.
-Miguel Pedraza Sánchez.
-Alberto Matarán Ruiz. (Prof. Urbanismo y Ordenación del Territorio UGR.
Dir. Cátedra José Saramago-Seminario de Medio Ambiente y Calidad de Vida. UGR).
-Manuel Ariza Gil-Pèrez (Secretario de Afiliación y Formación de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO).
-Juan de Dios Santander García.
-José Manuel Rubio Vera.
-Juan Luis Camacho Reina (Miembro del Secretariado de Granada Laica).
-Laureano Sánchez Perea.
-Fiamma Lolli, traductora y bloguera – Perugia (Italia).
-Alfredo Fagni, licenciado - Perugia (Italia).
-Andrés Sorel (Escritor, Secretario General de la Asociación Colegial de Escritores de España, y Director de la revista República de las Letras).
-Ángel Pertíñez Muros (Portavoz del grupo municipal de IU en Otura).
-Fernando de Dios Provencio.
-Francisco Vigueras Roldán (Investigador de la Memoria Histórica).
-Carlos Martín Izquierdo.
-Ana García Labrac.
-Juan Pablo Segovia Gutiérrez.
-José Luis Linares Linares.
-María Gutiérrez Acosta.
-José María Segovia Alés.
-Juan Morillo Lora (Presidente de UCAR).
-Antonio Juan Romero Losana (Vicepresidente de UCAR).
-Francisco José Rebollo González (Secretario de UCAR).
-Juan Antonio Muñoz Gómez (Tesorero de UCAR).
-Adolfo Mira López (Vocal de UCAR).
-César Delgado Lorente (Vocal de UCAR).
-Antonio Morillas Rodríguez (Director de CTV TEATRO).
-Pedro Jesús Muñoz Fernández (Maestro en Granada).
-Juan José Acedo Bartolomé (Maestro en Sevilla).
-Carlos Arenas Posadas (Catedrático de Historia e Instituciones Económicas. Facultad de Ciencias del Trabajo. Universidad de Sevilla).
-Daniel Nicolás Panisello Simón.
-Federico Noriega González.
-Manuel Alcántara.
-Antonio Domínguez Viola.
-Agueda Lara Martínez (Maestra de Educación Primaria).
-Rafael Dominguez Romero (Stro. Acción Sindical de Sicoht- Sevilla, CC.OO).
-Antonio Mendoza Pérez (Profesor de EE. MM. Presidente del Colegio andaluz de entrenadores de fútbol).
-Melissa Feo La Cruz Pérez.
-Eduardo José Cabaleiro Álvarez (Fotógrafo).
-Mariló Tudela.
-Carlos Martín Nogués (Maestro y Director de Teatro).
-Jose Farfan Lora.
-Julio Anguita González (Ex Coordinador General de IU y Ex Secretario General del PCE).
-Miguel Ángel Rodríguez Arias (Profesor de Derecho Penal Internacional en la Universidad de Castilla-La Mancha).
-Francisco Mesa Ramírez.
-Joaquín Carrasco Macarro.
-Paqui Maqueda Fernández (Vicepresidenta Asociación Memoria Historica y Justicia de Andalucía).
-Cecilio Gordillo Giraldo (Coordinador Proyecto “Todos los Nombres”).
-Francisco García García.
-Fátima Gil Prior.
-Luciniano Rodríguez Barranquero.
-Juan Santos.
-Francisco García González.
-Carmen Coello Ramos.
-Luna García González.
-Antonio Narváez Hernández.
-Mª Teresa Valencia Pavón.
-Francisco Marín Cabello.
-Manuel Ceballos Vega.
-Salvador Cortes Fernández.
-Gracia Maqueda Fernández.
-Mª Ángeles Maqueda Fernández.
-Guadalupe Díaz.
-José Mª Torres Ruiz.
-Rosario Medina Ordoñez.
-Miguel Campillo Ortiz.
-Manuel Ruiz Romero.
-Rafael Estévez.
-Francisco Romero Romero.
-Juan Antonio Fernández.
-Pilar Mariscal Fernández.
-Manuel Galante González.
-Teodoro Elena Prieto.
-José Verdón Pérez.
-Enrique Rodríguez Vallejo.
-Julio Martínez Fernández.
-Antonio Dueño Molino.
-Miguel Sánchez Gómez.
-Antonio Ortiz Ortiz (Responsable Movimientos Sociales IU-LV-CA Provincial-Sevilla.
-Valme Sánchez Lozano (Concejala y portavoz IU-LV-CA Tomares-Sevilla).
-María del Carmen Olivares.
-Emilia Guillén Benzal.
-Manuel Castro Vela.
-Héctor Rafael Díaz Guillem.
-Carmen Moreno Castillo.
-Antonio Luis Girón.
-César Avilés López (Murcia).
-Ana Núñez Vélazquez.
-Josefa Delgado Enriquez.
-Mª Josefa Vela Delgado.
-Carmen Cueto Antequera.
-Juan Checa García.
-Diego Millán Jurado.
-Fernando Montesinos Jiménez.
-Natividad Peñas Lorenzo.
-Cristóbal Ortiz González.
-Isabel Morillas Sánchez.
-Antonio Ortiz Morillas.
-Javier Ortiz Morillas.
-Eloy Arco Alcaide.
-Francisco Martín Agea.
-Antonio Villegas Trujillo.
-Elena Garzón Gil.
-Mª Jesús Gil Romero.
-Francisco Gil Craviotto (Escritor).
-Matilde Galán Goyeneche.
-Juan José Checa Galán.
-Antonio Checa Galán.
-María Dolores Checa Galán.
-Matilde Checa Galán.
-Isabel Martínez Cano.
-Pedro Antonio Pérez Manjón.
-Juan Alberto Garzón Gil.
-Andrés Carmelo Cob Hortelano (Jurista y militante del PCE e IU en la Agrupación de Aranda de Duero – Burgos).
-Sergio Altea Cueto.
-Carmen Altea Cueto.
-Cristina Altea Cueto.
-Lorena Benedí Gil.
-Rebeca Jennifer Fiuri Martínez.
-Roberto Montesinos Peñas.
-Fernando Montesinos Peñas.
-María Hernández Sánchez.
-Francisco Morales Gela.
-Laura Pérez Torres.
-Ana María Zanini (Argentina).
-Francisco Cenalmor Martín.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Marcos Ana, 90 años de edad y 67 de vida


El antifranquista recuerda en su cumpleaños su cuarto de siglo preso

Natalia Junquera

El País

21/01/2010

Marcos Ana cumplió ayer 67 años "de vida" y 90 "de edad". La diferencia, aclara, son los 23 años que estuvo preso en las cárceles franquistas, más que ninguna otra persona. Ayer se rodeó de unos 200 amigos y ex compañeros de celda en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para celebrarlo. Iba a ser una fiesta sorpresa, pero se enteró poco antes. Sí le cogió desprevenido su amigo Luis Eduardo Aute, que de regalo le cantó Al Alba, el himno a los últimos fusilados del franquismo, sin más acompañamiento musical que el ruido de los flases.

"Es verdad que he pasado 23 años en la cárcel, que he sido condenado a muerte dos veces y torturado", recogió Marcos Ana, de la presentación que le había hecho su amigo Salvador Arias, "pero he sido un privilegiado, porque al salir, la vida fue un regalo y pude hacer lo que quería: luchar por la libertad". Sus amigos le aplaudieron como aplauden los fans a sus ídolos en los conciertos. Él, abrumado, quiso compartirlos con "los héroes oscuros, los miles de hombres y mujeres que dieron su vida o su libertad en la lucha por la democracia. Para ellos, es este homenaje", dijo. El premio Nobel José Saramago, que no pudo asistir al evento pero envió a su compañera, Pilar del Río, para darle un abrazo, describió así a su amigo: "Marcos Ana no se ha mirado complacido en el espejo. Lo ha roto en mil pedazos para que en cada fragmento se vea el rostro de sus camaradas".

Estaba previsto que el ministro Celestino Corbacho le entregara ayer la medalla del Mérito al Trabajo, pero finalmente, por problemas de agenda no pudo ser. Cuando Corbacho le llamó para comunicarle que querían concederle la medalla, Marcos Ana pensó que era broma. "¿A mí?", respondió. "¡Pero si yo no he trabajado en la vida!". El ministro zanjó la discusión enseguida: "Tú has trabajado mucho por los demás, y sigues trabajando por ellos". El poeta, que entró en la cárcel con 19 años y salió con 41, dedicó su libertad a andar de gira por el mundo recordando a los héroes oscuros, a muchos de los cuales dio el último abrazo antes de ser fusilados.

Los 200 invitados, entre los que estaba Pedro Almodóvar, que ha prometido hacer de su vida una película, o veteranos comunistas como Armando López Salinas, le cantaron cumpleaños feliz y es un chico excelente. Por la mañana, su ex mujer, Vida, le había sorprendido con una tarta en la que colocó 90 velas. "No me dijo qué deseo pidió, pero yo creo que seguir bien hasta los 100 años". Es decir, hasta los 77.

Y todo en un día en el que la Fundación Francisco Franco, el dictador en cuyas cárceles penó Marcos Ana, denunció la "furia iconoclasta" del Gobierno contra los símbolos franquistas y criticó que para ello haya utilizado "cuantiosos recursos públicos" en un momento de crisis económica. Pero además, arremetió contra el PP por su "silencio, cuando no complacencia", ya que considera que los populares no han comprendido aún la "verdadera magnitud" de esta "estrategia". Según esta fundación, se está cometiendo una "enorme injusticia histórica", pese a la cual, estima, la "fecunda obra" del régimen franquista permanecerá "en la memoria colectiva de los españoles" a pesar a que se retiren sus placas y monumentos.


lunes, 8 de febrero de 2010

¿Hay 1000 músicos republicanos?


Carlos Tena

Kaosenlared

31/01/2010

Llega a mi buzón una carta, a su vez remitida a un compañero en la Batalla de Ideas contra el capitalismo, donde se me informa que José Antonio Ponce, alcalde comunista de la villa de El Borge (sita en la bellísima comarca de la Axarquía malagueña, paraíso del viñedo y refugio de gente con alma de artista, cuyos habitantes han sido secularmente rebeldes y combativos), quiere organizar un homenaje musical a la República, en el que nada menos que UN MILLAR de músicos voluntarios interpretarían al unísono el Himno de Riego, como colofón a una serie de actos a celebrar el próximo 18 de Abril de 2010, o sea, cuatro días después del aniversario de aquel sistema político elegido por los españoles el 14 de Abril de 1931, derribado a sangre y fuego por un terrorista y genocida llamado Franco, cuya memoria y actividades criminales no ha condenado aún el actual Jefe del Estado, ciudadano Juan Carlos de Borbón, a quien no se le procesa por el presunto delito de apología del terrorismo, mientras se comete la tropelía de absolver en el Tribunal Supremo a un juez que asesoró profesionalmente a otro terrorista, miembro de la Mafia italiana, en tanto la Audiencia Nacional, es decir, el Tribunal de Orden Público, juzga en estos días las ideas de personas inocentes, a quienes se acusa, sin pruebas determinantes, de integración en banda armada.

Tales aberraciones, tales contradicciones jurídicas, indican bien a las claras qué tipo de régimen político existe en la España del siglo XXI, por lo que hacemos un llamamiento a la cultura, un reclamo a todos los amantes de la República, de la democracia, la dignidad y la libertad, para que esa pieza musical resuene en toda Europa, que se llene el aire con las notas de ese Himno que lleva el nombre del General Rafael de Riego (Tineo - Asturias, 1785 – Madrid, 1823), vilmente ejecutado por la monarquía, símbolo de la democracia en la España del siglo XIX, que desde Sevilla se alzó contra el absolutismo del rey Fernando VII (que más tarde se convertiría en su asesino), para instaurar un nuevo régimen constitucional, que tendría como norma básica la pionera Constitución de 1812, redactada ocho años antes por las Cortes de Cádiz y popularmente conocida como La Pepa.

Hago votos para que ese día se cumplan los deseos del alcalde y de los vecinos de la población de El Borge, y para que aquella villa malagueña pase a la historia como sede del homenaje más sonoro que se ha realizado nunca, a una partitura sencilla, alegre y popular como ese himno, en medio del clamor de las violas, los cellos, los violines, el piano, las flautas, los saxofones, pífanos, clarinetes, trombones, trompetas, gongs, platos, tambores y timbales, y en fin, del sonido de todos los instrumentos imaginables en una orquesta improvisada y multitudinaria.

Por mi parte, le aseguro al munícipe que haré todo lo posible por estar presente en el acto, prometiéndole que, a partir de este momento, intentaré por todos los medios a mi alcance, reclamar la presencia, ese día, de los músicos que conozco, amantes de la democracia, de la República y la libertad, a quienes me une el afecto, el cariño y unos mismos objetivos políticos y sociales.

Ah, señor Ponce, ¡cuidado con la SGAE! que querrá cobrar los derechos de autor del Himno; unos euros que nunca se entregarían a un descendiente del autor, el español José Melchor Gomis (Onteniente, 1791 - París, 1836), sino que pasarían al baúl de esa organización, del que los máximos responsables extraen dinero, no sólo para abonar una miaja en la cuenta de sus socios, sino también para organizar todo tipo de francachelas, premios y cachupinadas por el estilo, en ciudades españolas o extranjeras, a las que sus directivos e invitados viajarán en avión o tren (clases primera y ejecutiva), se hospedarán en hoteles de cinco estrellas y comerán en restaurantes carísimos, a donde llegarán a bordo de una lujosa limusina; gastos que, por cierto, en buena parte pagamos todos los ciudadanos, con el injusto, ilícito e incalificable canon.

Abajo los cánones, los canónigos, la monarquía y el franquismo. Viva la III República.

sábado, 6 de febrero de 2010

Charla José Luis Serrano: Vídeo y texto

Tenemos el placer de ofreceros el vídeo de la charla-coloquio impartida por el profesor José Luis Serrano en el Aula de Conferencias de la Facultad de Derecho de Granada, el pasado 28 de enero, bajo el título Republicanismo y Federalismo. La conferencia fue organizada por UCAR-Granada, dentro de las jornadas anuales convocadas por la Coordinadora Republicana de Granada.

Conferencia de José Luis Serrano from David Fernandez on Vimeo.

Nos gustaría utilizar esta tribuna para darle las gracias al compañero David Fernández, que se ha encargado de subir el vídeo a la red, siendo uno de los puntales informático-técnicos de nuestra asociación.

También os dejamos el enlace del artículo Constitución sin Patria, publicado por el profesor Serrano en la revista digital Paralelo 36 en noviembre de 2009, el cual le sirvió de base para su intervención. El texto fue incluido días atrás en Criterios Republicanos, el órgano de expresión federal de Unidad Cívica por la República:

jueves, 4 de febrero de 2010

Antonio Burgos: «La transición española la hicieron los alemanes y los americanos»


J.E*

Ironías de la vida, Antonio Burgos, sevillano de cincuenta y cinco años y conocido y reconocido en España como periodista y articulista, se estrenó en el oficio de escribir como novelista, a los veintisiete años, y obtuvo el premio Ciudad de Marbella. «En esa época, que yo llamo el boom de los setenta, todos los premios literarios los ganábamos los andaluces».Pregunta: En este mundo, en el que todo son periodistas metidos a novelistas, usted cumple la regla pero al revés.Respuesta: Yo empecé con la novela, que curiosamente es el género que tengo más abandonado. Mi alma es de escritor que se gana las habichuelas trabajando en los periódicos, y también es de nardo sevillano y gaditano, porque yo tengo la doble militancia en Sevilla y Cádiz. Yo llevo al pie de la letra lo que dijo Fernando Villalón, que es que el mundo se divide en dos partes, Sevilla y Cádiz. Para mí es así aunque haya que venir a Madrid a presentar los libros.

P. ¿Cuál es la intención de este libro?

R. Que los perdedores de la transición contemos a nuestra manera la historia de aquella época, que nos ha sido arrebatada y contada de otra manera diferente a como realmente sucedió. Es una historia colectiva en una voz personal. Trato a través de mis recuerdos de prestarle la voz a una generación. Mis evocaciones van desde la talega que nos llegaba al internado desde el pueblo, a los anuncios de televisión que oíamos, a las ilusiones que teníamos luchando por la libertad, a las canciones que escuchábamos y a los miedos que pasábamos en los exámenes de la reválida.

P. ¿Quiénes fueron los ganadores y los perdedores de la transición?

R. Los ganadores, los que no estuvieron en la lucha contra Franco y aparecieron encabezando el desfile de la victoria, que es lo que suele ocurrir siempre en España, y los perdedores, los grandes ausentes, el Partido Comunista de España, el Partido Carlista, los andalucistas, los demócrata cristianos, que en Cádiz por ejemplo estaba el grupo demócrata cristiano de Drago, que nadie habla de él. Todos los que estuvimos en la Junta Democrática. También el Partido Socialista Popular, en el que sí había cien años de honradez y que Tierno Galván entregó por un plato de lentejas al PSOE. Nosotros defendimos la ruptura, pero perdimos porque la transición se fue por la reforma.

P. ¿Dónde estaban los ganadores durante la transición?

R. Felipe González era un chico que estudiaba Derecho mientras yo estudiaba Filosofía y Letras, y para mí era «el feo maravilloso», que era como le decían las niñas del internado donde estudiaba la que hoy es mi mujer, y donde también estaba Conchita, que entonces era su novia. Era un chico al que no se le conocía una lucha por las libertades en aquel momento tan especial. Aquí los que realmente dieron la cara fueron los comunistas y las comisiones obreras. Los de la UGT cabían en un taxi, y los socialistas de la calle Capitán Vigueras, que después montó aquel feo maravilloso, cabían en otro taxi. Y entonces vinieron los Estados Unidos y Alemania, que fueron los que hicieron la transición española y apostaron por los que no habían militado ni participado.

P. ¿Si no fuera escritor y analista de la realidad, qué sería?

R. Sería un gaditano del siglo XIX, probablemente diputado en San Felipe Neri, que es lo que yo hubiera querido ser.

P. ¿Qué opina de los que critican los libros recopilación de artículos?

R. La mejor literatura de periódicos se ha conservado gracias los libros. Ortega es recopilación, como Pérez de Ayala y Camba y González Ruano.

P. ¿Cuál va a ser el futuro de Augusto Pinochet?

R. La papa caliente creo que se la va a comer el ministro británico del Interior. Para mí que no va a llegar a España, desgraciadamente, y el no llegar a España quiere decir que le van a volver a romper las manos a Víctor Jara. Los tres jueces que votaron para levantar la impunidad o eran del Betis o del Cádiz, porque eso de ir perdiendo por dos a cero y remontar el partido como lo hicieron, eso no lo hace más que el Betis o el Cádiz.

(c) 1998 Diario de Cádiz

* Entrevista realizada al periodista y escritor sevillano Antonio Burgos en 1998, publicada en el Diario de Cádiz, en la que manifiesta un malestar notorio por el resultado de la denominada Transición democrática. Doce años después la posición política de Burgos varía entre el monarquismo más exultante y la derecha más extremista.

martes, 2 de febrero de 2010

Escribientes en la Transición


Pablo Alcázar López

Donde los ángeles

27/01/2010

En los años de la transición, a muchos nos dio por hacer el bien. Teníamos -entonces la expresión no estaba tan desprestigiada como ahora- una insobornable «vocación de servicio». Es decir, le habíamos dado a nuestro egoísmo una salida positiva. Queríamos ser, allí donde nos tocó pasar aquellos años, antorcha que guiase “al pueblo” –concepto que luego hemos puesto bajo sospecha- vencido e indocto por el camino de la libertad y de la democracia. Estábamos por la alianza de las fuerzas de la cultura y del trabajo. Dedicamos muchísimo esfuerzo a que el paso de un régimen dictatorial a otro de libertades se produjese aseadamente. Nos pasamos unos meses estudiándonos reglamentos y leyes que no habíamos redactado y dándole lecciones de democracia al lucero del alba.

Teníamos una carpeta llena de instancias para solicitar manifestaciones, actos culturales, mítines, permisos para la impresión de panfletos, manifiestos, programas... Nos hicimos muy amigos de jueces y secretarios de gobiernos civiles. Predicamos en público convivencia y tolerancia, moderamos bastantes mesas redondas. Pusimos altavoces a nuestros utilitarios y convocamos por los pueblos a la gente a conferencias y asambleas. Alquilamos sedes, reunimos comités locales, informamos de lo que pasaba en nuestra zona, en comités provinciales.Contratamos autobuses para desplazar a los camaradas a plazas de toros o campos de fútbol en los que viejos militantes, recién llegados del exilio, que conocían perfectamente los resortes del hablar en público, sin ser ministros de Dios o del Movimiento, conmovían a las masas con sentidas alocuciones.

Tuvimos mucho que ver en la aceptación de la bandera de los vencedores por las bases; la Monarquía nos debe, tanto al menos como a Adolfo Suárez, el no ser discutida por aquellos años.

Explicamos, en reuniones que copiaban la liturgia de las de la Adoración Nocturna, el manifiesto–programa. Se lo tomábamos a militantes que no sabían leer, ordenadamente, obligándolos a contestar a bancos de interrogantes, redactados siguiendo las más modernas técnicas pedagógicas aprendidas en Francia, que se parecían bastante a las listas de preguntas de los catecismos de los padres Astete y Ripalda.

Profesionales sin mucho brillo, gracias a la Transición, nuestra vida adquirió un sentido.

El dictador nos había arruinado, sobre todo, la estética. A otros menos afortunados, les había arrebatado o arruinado la vida. Durante muchos años soportamos los fusilamientos sin salir a la calle a protestar. Cuando obtuvimos una plaza por oposición en la Administración del Estado hubo que firmar fidelidad a los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional. Se nos había comprado la rebeldía propia de la juventud con planes de desarrollo, estado de obras y victorias del Real Madrid en Europa.

La transición nos permitió lavarnos la cara. Nos purgamos, con abundantes dosis de miedo, de toda la sordidez y la pobreza cultural y política que habíamos soportado o de la que habíamos sido consentidores. Creímos correr peligro de muerte en algún momento.

Por infarto o por eliminación física provocada por el desbarajuste del Cambio. Comenzamos a levantar la cabeza, dignamente, después de que la Policía interrumpió, metralleta en mano, alguna reunión en la que se discutía sobre reforma o ruptura. Cada manifestación nos daba valor y nos animaba a un nuevo atrevimiento. El día que en la presidencia de un mitin colocamos a maravillosas mujeres obligadas a prostituirse para sobrevivir después de la guerra, sentimos, pese a ser fríos, un leve temblor en las entrañas.

Creíamos estar sirviendo a lo que entonces llamábamos sin escrúpulos conceptuales “pueblo”, pero estábamos sirviéndonos de él. Aprendimos de su tenacidad, de su valentía, de su instinto de libertad. Pensábamos que lo teníamos detrás de nuestra antorcha ilustrada, en la marcha hacia la libertad, y éramos nosotros los que seguíamos la luz que habían encendido delante de nuestras narices con humildad franciscana, sin pretender enseñarnos nada.

Luego perdimos interés por la política. Como teníamos un buen pasar, nos refugiamos en la nueva cocina y en Borges. Desprovistos de ambición, hemos vivido todos estos años con el ego hinchado –insoportable- por lo que hicimos entonces. Ahora comenzamos a ver el privilegio que nos otorgaron aquellas gentes al dejar que rellenásemos, como amanuenses de la democracia, la montaña de papeles que la gente tiene que cumplimentar si quiere disfrutar de ciertas apariencias de libertad.