María José Fernández Arcones
El Comercio
09/06/2011
Monarquía o república. Es una cuestión que la juventud española, menor de treinta y dos años, acabará planteando al Estado en los próximos años de una manera o de otra. Las instituciones, los observatorios sociológicos y los medios informativos lo saben y lo vienen detectando año tras año. La propia institución monárquica se esfuerza en funcionar de una manera más pragmática y apegada a la realidad con el fin de no perder contacto con la realidad ni traicionar la esencia del modelo de la Monarquía parlamentaria. De su capacidad para ser más transparente y de entender los cambios de mentalidad de los españoles va a depender el grado de aceptación de la monarquía en los próximos tiempos. El movimiento 15- M, que tantos mensajes, deshilvanados o no, nos está dejando, puede que haya empezado a desprecintar también la caja de celofán en la que metimos a la monarquía y sus miembros desde 1977 con el fin de construir la entonces ansiada democracia. Hoy, tantos años después, somos más y diferentes. Hubo un inevitable cambio generacional. La manera de relacionarnos individualmente con el Estado ha cambiado. Las instituciones surgidas dentro del marco constitucional de 1978 no pueden dejar de adaptarse de manera ordenada y real al paso del tiempo y responder al sentir de las gentes.
Se vienen registrando en los últimos tiempos algunos indicios de que la juventud española ha empezado a tutear a la monarquía, como parte de la democracia real en la que quiere participar. Indicios a los que el propio heredero Felipe de Borbón ha demostrado estar muy atento. El pasado 31 de mayo, durante su visita a Pamplona, donde acababa de entregar los Premios Príncipe de Viana, Felipe de Borbón mantuvo en la calle una inesperada charla con una joven ciudadana que llamó su atención y le espetó «con todos mis respetos, ¿cuándo usted sea rey tendrá la honestidad suficiente para proponer un referéndum sobre monarquía o república por una cuestión democrática?». La situación creada en plena calle, rodeado de escoltas, autoridades y público, le dio al futuro jefe de Estado una pequeña medida de la complejidad de la tarea que tiene encomendada y de la importancia de saber reaccionar con responsabilidad ante cualquier acontecimiento por nimio que sea.
* Afiche del dibujante Josetxo Ezcurra, publicado en el diario alternativo Rebelión.
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