Luis A. Pérez, alcalde de Víznar, nació en este municipio, donde regresó tras pasar su juventud en la Chana. El regidor afronta desde 2007 su tercera mayoría absoluta consecutiva. Comenzó en la política como afiliado a la Joven Guardia Roja, las juventudes del Partido del Trabajo.
Lorena Moreno
Lorena Moreno
La Opinión de Granada
03/11/2008
Un leve vistazo al despacho del alcalde de Víznar, Luis A. Pérez, donde el hueco que usualmente ocupa la fotografía de los Reyes está vacío, basta para intuir algunas de sus ideas. A un lado de su escritorio, sobre una mesilla, guarda clasificados los proyectos que pretende impulsar durante este mandato en el que, como en los tres anteriores, ha conseguido mayoría absoluta al frente de IU. Le gusta la puntualidad –recalca al entrar– tras cobrarse con una hora de espera diez minutos de retraso.
En sus bromas, cargadas de ironía y no exentas de apelativos como “peleles y briboncillos”, que insiste en que no se transcriban posteriormente, se refleja su carácter forjado al fuego, como los muchos a los que se ha enfrentado en su trabajo de especialista en extinción de incendios forestales, un empleo que compatibiliza con la alcaldía, por la que no cobra “ni un céntimo”.
Su cargo –su vocación, corregiría él– lo acomete por amor, más que al arte, a la posibilidad de mejorar la realidad local, ésa que durante la Guerra Civil transformó su pueblo en una zona de fusilamientos masivos. La decisión de Garzón, que al regidor le hubiese gustado que partiese de los políticos, pondrá al descubierto ahora el rostro de la barbarie, evidenciado en los miles de cuerpos que yacen en lugares como el barranco de Víznar – ‘Lorca eran todos’, refiere un monolito en la zona–.
–¿Cómo ha cambiado la política local de sus inicios hasta ahora?
–Cuando surgió la democracia municipal con las primeras elecciones del 79, los alcaldes se enfrentaron a enormes dificultades, no sólo por la pésima financiación –algo que no ha cambiado–, sino porque se acababa de salir del franquismo y en todos los pueblos quedaba un residuo de gente muy ‘facha’. Ahora quien es de izquierdas lo sigue siendo y quien es franquista lo será hasta que se muera, pero, de alguna forma, la democracia local está muy arraigada. En los pueblos grandes se sigue votando al partido, mientras que en los pequeños se elige más a la persona, aunque la ideología también tiene su peso.
–¿La necesidad de conseguir votos ‘diluye’ las ideologías de los partidos?
–Claro. De hecho, tanto el PP como el PSOE insisten en que son de centro porque el margen de voto es más amplio. El único partido que se confiesa de izquierdas claramente es IU. Aquí tengo una hoja parroquial de los populares [llama así a los boletines de este partido] y lo dice bien claro [lee]: “Y como partido de centro...”. Electoralmente conviene no definir claramente la ideología para captar más votos.
–¿Cómo se forjó su ideología?
–Procedo de una familia obrera, mi padre trabajaba de sol a sol para sacarnos adelante. Además, me crié en un barrio obrero como la Chana y así se forjó mi ideología. Se dieron las circunstancias materiales, económicas y espirituales para que la gente joven de aquel tiempo fuera de izquierdas.
–Hace algún tiempo se incluía a Víznar junto a otros pueblos de IU que reclamaban la tercera República, ¿Se implantará este sistema político alguna ven en España?
–Ojalá. El pobre Julio Anguita sigue dando conferencias sobre la tercera República. Aunque lo que ha sucedido con el alcalde de Puerto Real, que lo han encausado por hablar del Rey, demuestra la censura existente en torno a esta institución. Cuando surgió la democracia y comenzó la redacción de la Constitución, incluyeron el capítulo segundo, referente a la monarquía. Para desprenderse del pasado, del franquismo, la gente votó mayoritariamente que sí al texto. Creo que nos engañaron a todos los españoles porque nos metieron al Rey en la carta, pese a que había otras opciones. Espero, no obstante, que Felipe no llegue a gobernar. Y con las cosas que hay que reformar en la Constitución ahora resulta necesaria su modificación por si tiene que gobernar la niña [en referencia a la primogénita del príncipe Felipe].
–¿Qué modificaría de la Constitución española?
–El título segundo y el octavo, el de la monarquía y el de las comunidades autónomas porque nadie entiende qué es el estado de las autonomías. Soy partidario de una república federal y si la palabra república da tanto miedo, de un estado federal. Se supone que en una república federal el marco de derechos es más amplio que en una monarquía parlamentaria. También hay países republicanos, no obstante, que son un desastre en derechos humanos.
–¿Cómo influirá la decisión de Garzón en el municipio?
–La pena es que el levantamiento de cadáveres haya sido por orden judicial. Debería de haber sido por orden política, demostrando así la voluntad de financiar y llevar a cabo la ley de la recuperación de la memoria histórica. Nosotros cuando levantamos el monolito en el barranco de Víznar incluimos la leyenda de que ‘Lorca eran todos’ porque, aunque la figura de Federico es fundamental, el pueblo es consciente de que si en la zona hay 1999 asesinados, Lorca era el que hacía 2.000. En este pueblo han influido mucho los fusilamientos masivos que se produjeron en ese paraje. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tiene claro que desenterrarán en las zonas con más visos de que esté Lorca. Y uno de ellos no fue el barranco de Víznar porque, con buen criterio, la asociación dice que no se puede desenterrar a todos los que hay allí. En los otros tres sitios que se baraja, sí. Y como los familiares tienen derecho a llevarse a sus difuntos a los cementerios de su pueblo, me parece estupendo. Lo importante de Lorca es su obra, no sus restos.
–¿Qué le parece el hecho de que se persiga a los culpables?
–Han pasado muchos años y hay gente que piensa que eso es desenterrar el pasado. Pero yo no lo veo mal porque, aunque hace poco alguien decía en un reportaje que todos sabemos que Franco era un dictador y un sanguinario, nos deben un reconocimiento explícito de que era un fascista y un asesino. Que se reconozca oficialmente, que lo juzguen. Que se ponga en los papeles.
–El comunismo, ¿es una utopía?
–Es una utopía, pero no una quimera. Si se lee en el diccionario la palabra utopía, o se repasa la obra de Tomás Moro, que es muy buena, utopía significa algo difícil de alcanzar, pero posible. En cambio, si se busca el término quimera su definición es que es imposible de alcanzar o realizar.
–¿Por qué ha fracasado esa teoría en la práctica?
–Los comunistas mantenemos la certeza de que jamás se ha llevado a la práctica. La Unión Soviética fue un intento, lo de China, otro. El comunismo no se puede llevar a la práctica si no es a nivel mundial, global. De lo contrario,el sistema capitalista lo asfixia, de hecho, acabó con él. Lo que pasa es que ahora se ha demostrado el fracaso del sistema capitalista.
–¿Qué modificaciones debe incluir la refundación del capitalismo que se pretende plantear en el G-8?
–Ya lo han dicho algunos expertos. Los poderes públicos deben tener mecanismos para controlar el libre mercado y que no se dispare y pase lo que ha ocurrido, que tiene que venir papá Estado y con el dinero de todos los contribuyentes reflotar a los bancos porque estos no han sabido gestionar el dinero. Que se hunde la banca, pues ya está, con dinero público de todos la salvamos. Y aquí todos trabajando para el banquero. Cuando ganan, nadie recibe nada, en cambio.
–Los regantes de la acequia Aynadamar se quejaban del robo de agua, ¿cómo solventará el problema su gobierno local?
–La solución ya está sobre la mesa. Alfacar tenía su empresa, Gestagua y en Víznar controlábamos nosotros los recursos, mientras que la comunidad quería agua para riego, con todo su derecho, ya que los ayuntamientos somos simples usuarios. Ahora hemos entrado en el Consorcio de la Vega Sierra Elvira que tiene una empresa, Aguasvira, que se encargará de la gestión del agua. Alfacar ha hecho lo mismo. Entonces la compañía repartirá el agua en los dos municipios en contacto con la comunidad de regantes. Procurará así que haya recursos hídricos para todos.
–Es de los pocos alcaldes de la provincia que no cobra por su cargo.
–Nosotros tenemos un presupuesto muy pequeño y, si le quitamos un pellizco para sueldos, nos quedamos sin nada. Tengo la suerte de que me puedo tomar en mi empleo los días libres que quiera para trabajar en la alcaldía, al igual que mis concejales, que tampoco cobran. Así, de los tres ediles que tengo, dos son funcionarios –uno trabaja en la delegación de Educación y el otro en el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada– lo que les permite, al menos un día a la semana, los miércoles, pedírselo. Nuestras circunstancias son favorables para no ponernos sueldos, dedicarle el tiempo necesario a la gestión del Ayuntamiento y poder faltar a nuestro trabajo. Esa facilidad no la tiene todo el mundo. A eso añádele la vocación, porque no somos políticos de profesión.
–¿En qué se diferencia el político de profesión y el de vocación?
–El político de profesión trabaja para ganarse la vida. Pide excedencia en su anterior empleo y si allí ganaba 2.000 euros, aquí se asigna 3.000. Para el político de vocación, este ‘trabajo’ es parte de su vida. Por eso, no queremos detraer ni un solo céntimo para nosotros de las arcas municipales.
–¿Cuál sería el salario justo para los alcaldes y concejales?
–Si alguien deja un trabajo y pide una excedencia, no debe ganar ni un céntimo más de lo que percibía antes. Una segunda alternativa es que el país adopte el modelo francés, donde de los presupuestos generales sale el sueldo de todos los alcaldes, en función de los habitantes y otros parámetros. Si el Estado regula los sueldos, no surgen los briboncillos, que hay muchos.
–¿Cómo ha afectado la crisis al pueblo?
–En nada. Éramos pobres antes y seguimos siéndolo ahora. Aquí la especulación no ha existido, pese a que estamos a seis kilómetros de Granada. Podríamos haber especulado y declarar urbanizable todo el término, pero queremos que esto se conserve. Nosotros en crisis estamos siempre.
–Decía Ernesto Che Guevara que para cambiar el mundo primero éste te debe de cambiar a ti, ¿qué lo ha cambiado del pueblo y viceversa?
–El pueblo me ha cambiado en el sentido de que lo que soy se lo debo a esta tierra. Por mi parte, procuro mejorar el pueblo con los proyectos que impulsamos. De todas formas, es más complejo gobernar un pueblo pequeño, en el que no cuentas con recursos, aunque tienes los mismos problemas, que uno grande. En una ciudad no conoces a nadie y si tienes que firmar, por ejemplo, una orden de derribo, estampas tu rúbrica y punto. En un pueblo pequeño conoces a los afectados por esa orden.
–¿Alguna vez se ha sentido decepcionado de su profesión?
–Mi vocación [corrige] nunca me ha decepcionado porque soy un enamorado de lo que hago. Las que decepcionan son las personas.
–¿Qué supondrá la consecución de la IGP del pan de Alfacar para Víznar?
–Los panaderos aún son reticentes a acogerse a esta denominación porque prefieren poner en sus panaderías que el pan es de aquí, ya que el mejor pan de Alfacar es el que se produce en Víznar.
–¿Por qué IU ha perdido tantos votos en las generales?
–El bipartidismo se ha cargado a IU. Además, hay quien no analiza como correcta –también hay quien sí– la política de Llamazares cercana al PSOE. Es necesario darles caña para que no nos confundan con ellos. Cada vez que IU despega un poco, vienen los socialistas y hablan del voto útil. Juegan con el miedo de los votantes de izquierda a que gane la derecha.
1 comentario:
una de las muchas entrevistas excelentes que pudimos leer en el desaparecido diario La Opinión de Granada. gracias por compartirlo
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