Don Juan Carlos cobró más de 100.000 euros por el automóvil
José L. Lobo
El Confidencial
01/07/2010
El Rey vendió a finales de 2008 al jefe de la patronal madrileña, Arturo Fernández, íntimo amigo del monarca y dueño del grupo hostelero que lleva su nombre, el Maserati Quattroporte que le había regalado un jeque árabe, valorado en más de 150.000 euros. Fuentes muy cercanas al presidente de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM) y vicepresidente de la CEOE han revelado a El Confidencial que éste pagó a Don Juan Carlos casi 100.000 euros por el automóvil de fabricación italiana.
Fernández confirmó ayer a este periódico que compró el Maserati Quattroporte, una berlina de lujo, después de que el monarca se pusiera en contacto con él para ofrecerle el vehículo. "No tengo por qué ocultarlo. Pagué a Su Majestad unos 100.000 euros por el coche", aseguró el empresario, que posee una colección de más de 150 vehículos deportivos y de alta gama.
El presidente de la patronal madrileña negó, sin embargo, que un jeque árabe de una de las monarquías del Golfo Pérsico le hubiese regalado el automóvil a Don Juan Carlos, como aseguran las fuentes consultadas por El Confidencial. "El Rey compró el vehículo a la casa Maserati y lo pagó de su bolsillo. Lo sé porque me enseñó la factura. Lo que yo le pagué a él fue menos de lo que le había costado el coche", añadió Fernández.
Fuentes de la Casa Real no confirmaron ni desmintieron los detalles sobre la procedencia del Maserati Quattroporte y su posterior venta al empresario madrileño. El diplomático Ramón Iribarren, responsable de Comunicación de La Zarzuela, se limitó a señalar anoche desde Girona, donde acompañaba al príncipe Felipe de Borbón a un acto oficial: "No tengo ni idea". Iribarren se comprometió a aportar este jueves más información sobre el origen del vehículo.
Homologación del automóvil
Además de los 100.000 euros que Fernández pagó al Rey por el Maserati Quattroporte, el presidente de la CEIM tuvo que desembolsar otros 40.000 euros para homologar el automóvil, procedente del mercado asiático, a las especificaciones europeas, según las fuentes consultadas. Fernández, añaden esas fuentes, modificó los sistemas de navegación, seguridad, emisiones, frenos y dirección del vehículo para adaptarlos a los requerimientos de la UE, según explicó el propio empresario a varias personas de su entorno. Esa circunstancia contradice la afirmación de Fernández a El Confidencial de que el Rey compró el coche a Maserati.
Don Juan Carlos, amante de la velocidad y de los coches deportivos, posee una notable colección de automóviles particulares, y tiene también a su disposición los 70 vehículos que integran el parque móvil de la Casa Real, de cuyo cuidado y mantenimiento se encargan más de 65 funcionarios.
El Rey disfruta también el privilegio de conducir vehículos prestados por un tiempo indeterminado por las marcas más exclusivas. Hace tres años, el presidente de Daimler-Chrysler, Dieter Zetsche, le cedió un Maybach 57S, y en 2003 el monarca recibió dos Nissan 350Z deportivos biplaza de 280 caballos valorados en más de 40.000 euros cada uno. La casa Mercedes también trabaja con La Zarzuela, con modelos como un deportivo SL55 AMG valorado en 150.000 euros, varios todoterreno o el Smart que el Rey regaló a Doña Sofía. Desde la marca alemana aclaran que el jefe del Estado "siempre paga religiosamente".
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