Decenas de personas se reúnen en Santa Cruz de Moya (Cuenca) para recordar la labor de resistencia de los guerrilleros antifranquistas.
Patricia Campelo
Público
04/10/2010
Patricia Campelo
Público
04/10/2010
Una gran fiesta republicana se celebra en Santa Cruz de Moya cada primer domingo de octubre. En ella, los guerrilleros antifranquistas, los maquis, se llevan reuniendo desde hace 22 años para recordar su lucha histórica, y a los compañeros que quedaron por el camino, en el XXII Día del Guerrillero español.
Las jornadas, ‘El Maquis en Santa Cruz de Moya' (Cuenca), celebradas el primer fin de semana de octubre desde hace 11 años, van preparando la celebración del domingo: un homenaje a los que lucharon contra el franquismo desde ese exilio interior que fue la vida de los maquis en los montes españoles.
La memoria de estos guerrilleros se reivindica desde la óptica de la reflexión, la divulgación y el reconocimiento de su labor de resistencia al régimen. Para ello, las jornadas organizadas por La Gavilla Verde congregan a representantes de la esfera política, social, judicial y cultural española, así como a reconocidos guerrilleros.
Voces de apoyo
En esta ocasión, han sumado su esfuerzo a la recuperación de la memoria rural de la guerrilla, entre otros, el ex fiscal anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, la escritora Inma Chacón, los guerrilleros Pepe Navarro, Venerando Pradas, Lluís Martí Bielsa y Luís Berlinches, así como una serie de investigadores, historiadores e integrantes de asociaciones de memoria como la de Ex presos Antifranquistas, con Gervasio Puerta, presidente de la entidad.
Numerosas muestras de apoyo al juez Baltasar Garzón, acusado de prevaricación por tratar de investigar los crímenes del franquismo, fueron patentes en el transcurso de las jornadas. La más evidente, la presencia de Rosario Molina, su esposa, que acudió al evento como una muestra de gratitud y para expresar su adhesión a aquellos que alzan su voz contra lo injusto. Sin querer hacer más declaraciones, insistió en que sobre todo estaba allí "para aprender". "Yo soy una persona de ciencias", señaló Molina, bióloga y profesora de instituto.
Por su parte, el ex fiscal anticorrupción, Jiménez Villarejo, afirmó que la causa que se sigue contra el juez "está dirigida a rehabilitar el franquismo", y en ese sentido, "a destruir no sólo a un juez, sino también a las propias víctimas".
Necesidad vital
De los 15 maquis que acudieron a este mismo acto en octubre de 2008, dos años después han sido cuatro los que han participado en las jornadas y en el posterior Día del Guerrillero, prueba de la necesidad vital que existe para apresurar su reconocimiento formal por parte de la ley de Memoria Histórica.
"Apenas se nos nombra en la ley y no se nos reconoce como combatientes en defensa de la II República", relató Pepe Navarro, uno de los últimos guerrilleros valencianos. "La ley de Memoria Histórica debe ser ejecutiva y proclamar el honor de todos los que cayeron en la lucha antifranquista", subrayó.
Por su parte, Lluís Martín Bielsa, guerrillero llegado de Francia, fue contundente respecto a lo que supone la celebración de actos como el Día del Guerrillero: "No se trata ni de un recuerdo emocionado ni una cuestión académica, sino de cerrar el paso a un neofranquismo que en los últimos tiempos se muestra muy desafiante".
La escritora Inma Chacón es una habitual de estas jornadas organizadas por La Gavilla Verde, la entidad que preside Pedro Peinado y de la que además es socia. "No podemos estar ajenos a la falta de memoria", afirmó Chacón. "El mundo no podrá ser justo hasta que no se recupere el nombre de todos. La dignidad ya la tienen, pero hay que reparar la injusticia con las víctimas de la dictadura".
José Antonio Labordeta, fallecido el pasado 19 de septiembre, tuvo un hueco en el recuerdo que le brindaron los guerrilleros: "Propongo a Labordeta como guerrillero de honor", anunció Pepe Navarro momentos antes de que el Canto a la Libertad resonara por el monte donde, desde hace 22 años, se contribuye al sostenimiento de la memoria de los hombres y mujeres que de esta forma hicieron frente al franquismo.
Las jornadas, ‘El Maquis en Santa Cruz de Moya' (Cuenca), celebradas el primer fin de semana de octubre desde hace 11 años, van preparando la celebración del domingo: un homenaje a los que lucharon contra el franquismo desde ese exilio interior que fue la vida de los maquis en los montes españoles.
La memoria de estos guerrilleros se reivindica desde la óptica de la reflexión, la divulgación y el reconocimiento de su labor de resistencia al régimen. Para ello, las jornadas organizadas por La Gavilla Verde congregan a representantes de la esfera política, social, judicial y cultural española, así como a reconocidos guerrilleros.
Voces de apoyo
En esta ocasión, han sumado su esfuerzo a la recuperación de la memoria rural de la guerrilla, entre otros, el ex fiscal anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, la escritora Inma Chacón, los guerrilleros Pepe Navarro, Venerando Pradas, Lluís Martí Bielsa y Luís Berlinches, así como una serie de investigadores, historiadores e integrantes de asociaciones de memoria como la de Ex presos Antifranquistas, con Gervasio Puerta, presidente de la entidad.
Numerosas muestras de apoyo al juez Baltasar Garzón, acusado de prevaricación por tratar de investigar los crímenes del franquismo, fueron patentes en el transcurso de las jornadas. La más evidente, la presencia de Rosario Molina, su esposa, que acudió al evento como una muestra de gratitud y para expresar su adhesión a aquellos que alzan su voz contra lo injusto. Sin querer hacer más declaraciones, insistió en que sobre todo estaba allí "para aprender". "Yo soy una persona de ciencias", señaló Molina, bióloga y profesora de instituto.
Por su parte, el ex fiscal anticorrupción, Jiménez Villarejo, afirmó que la causa que se sigue contra el juez "está dirigida a rehabilitar el franquismo", y en ese sentido, "a destruir no sólo a un juez, sino también a las propias víctimas".
Necesidad vital
De los 15 maquis que acudieron a este mismo acto en octubre de 2008, dos años después han sido cuatro los que han participado en las jornadas y en el posterior Día del Guerrillero, prueba de la necesidad vital que existe para apresurar su reconocimiento formal por parte de la ley de Memoria Histórica.
"Apenas se nos nombra en la ley y no se nos reconoce como combatientes en defensa de la II República", relató Pepe Navarro, uno de los últimos guerrilleros valencianos. "La ley de Memoria Histórica debe ser ejecutiva y proclamar el honor de todos los que cayeron en la lucha antifranquista", subrayó.
Por su parte, Lluís Martín Bielsa, guerrillero llegado de Francia, fue contundente respecto a lo que supone la celebración de actos como el Día del Guerrillero: "No se trata ni de un recuerdo emocionado ni una cuestión académica, sino de cerrar el paso a un neofranquismo que en los últimos tiempos se muestra muy desafiante".
La escritora Inma Chacón es una habitual de estas jornadas organizadas por La Gavilla Verde, la entidad que preside Pedro Peinado y de la que además es socia. "No podemos estar ajenos a la falta de memoria", afirmó Chacón. "El mundo no podrá ser justo hasta que no se recupere el nombre de todos. La dignidad ya la tienen, pero hay que reparar la injusticia con las víctimas de la dictadura".
José Antonio Labordeta, fallecido el pasado 19 de septiembre, tuvo un hueco en el recuerdo que le brindaron los guerrilleros: "Propongo a Labordeta como guerrillero de honor", anunció Pepe Navarro momentos antes de que el Canto a la Libertad resonara por el monte donde, desde hace 22 años, se contribuye al sostenimiento de la memoria de los hombres y mujeres que de esta forma hicieron frente al franquismo.
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