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sábado, 30 de octubre de 2010

Comunicado de UCAR-Granada en homenaje y recuerdo a Marcelino Camacho


La Unidad Cívica Andaluza por la República en Granada, asociación de mujeres y hombres libres comprometidos con la causa republicana, quiere manifestar su más sentido pésame a la familia, camaradas, compañeros y amigos de Marcelino Camacho Abad, de cuyo fallecimiento tuvimos conocimiento en las últimas horas.

Marcelino Camacho ha sido uno de los líderes obreros más importantes de la España del siglo XX. Un referente indudable de la lucha antifranquista y uno de los fundadores de las Comisiones Obreras, elemento clave en la oposición a la dictadura.

Marcelino defendió la democracia y la libertad desde su juventud, cuando combatió en las filas del Ejército Popular de la República, pagando por ello varios años de cárceles y campos de concentración. En pleno régimen de Franco, su aportación personal fue decisiva para la reconstrucción del sindicalismo de clase desde parámetros pluralistas y asamblearios.

Tras la muerte del dictador y la entronización de la Monarquía, Camacho intentó condicionar positivamente la denominada Transición Política, consiguiendo la consolidación del actual modelo español de relaciones laborales, base primordial para un Estado del Bienestar sólido y capaz. Desde hacía varios años, venía denunciando críticamente la referida Transición, apostando fuertemente por la apertura de un Proceso Constituyente hacia la Tercera República.

En consecuencia, los socios de UCAR-Granada, expresamos públicamente nuestra gratitud y nuestro reconocimiento hacia la figura de aquel obrero tornero-fresador que nos demostró su alta calidad humana forjada en la lucha y la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

Salud, Tercera República y Recuperación de Nuestra Memoria Histórica.

Junta Directiva de UCAR-Granada.

Granada, a 29 de octubre de 2010, en el primer centenario del nacimiento del poeta republicano Miguel Hernández Gilabert.

jueves, 28 de octubre de 2010

El Caso Mesa de León


Francisco Gil Craviotto

25/10/2010

I.

"No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo."
Francisco de Quevedo.

El periodista Juan Pedro Mesa de León nació en la localidad granadina de Pinos Puente (el antiguo Ilurco) el día 3 de noviembre de 1859. En 1886 –el año en que vino al mundo el rey Alfonso XIII- Juan Pedro es director del periódico La Publicidad, diario político republicano independiente. Este periódico, que anteriormente había sido semanario, pasó a diario a raíz del contrato entre su fundador, don Fernando Gómez de la Cruz y su nuevo director, don Juan Pedro Mesa de León.

Al lado de estas dos cabezas visibles, el periódico nos da la lista de sus principales redactores, la mayoría de ellos republicanos progresistas (el partido que acaudillaba Ruíz Zorrilla) y unos pocos republicanos posibilistas (el partido de Emilio Castelar y Melchor Almagro Díaz), lo cual nos hace pensar que tal plantilla se había realizado después de agrupar a los dos principales sectores del republicanismo español en Granada. No hay ni un solo representante del republicanismo federal de Pi y Margall. Desde este primer número el periódico hace gala de su republicanismo. Así es posible leer en su editorial:

“Ese ideal político es la República, pues entendemos que es la única forma en que pueden hacerse efectivos los derechos, y al decir derechos, libertades a que el hombre es acreedor. Tenemos la convicción más completa de que "solamente" con un gobierno republicano, España recobraría su perdido esplendor”.

Unas líneas, tan marcadamente republicanas, publicadas tan sólo unos días después de que la reina gobernadora hubiese dado a luz al nuevo rey de España, rozan la temeridad. El joven Juan Pedro Mesa de León siguió publicando editoriales y artículos inflamados de republicanismo, (muy significativo fue el que dedicó al posible regreso de Isabel II: "Sírvanos de grito de guerra las palabras del malogrado general Prim: "Jamás, jamás, jamás" o el dedicado a criticar el caciquismo), hasta que, a finales de septiembre, exactamente el 28 de septiembre, aparece en primera página de La Publicidad el siguiente titular: “Denuncia de La Publicidad y prisión de nuestro Director”. Estaba claro que el Poder había decidido poner punto final a tales excesos. A continuación el periódico nos informa:

“Ayer a las cuatro de la tarde se presentó en nuestra redacción el dignísimo juez de instrucción del distrito del Salvador, don Rafael Estrada y Burgos, (…) Dicho señor juez recogió los números que quedaban de la tirada del periódico denunciado, y nuestro director fue conducido al juzgado a prestar declaración, ingresando a las 7 y media en la cárcel de la Audiencia”.

¿Qué ha ocurrido? Para responder a estas preguntas es preciso hacer marcha atrás algunos meses. Recordemos la situación española: Alfonso XII ha muerto -25 de noviembre de 1885-, dejando a la reina María Cristina encinta, pero sin que la ciencia de la época pudiese asegurar si el fruto de aquel parto sería niño o niña (de haber sido niña habría puesto a los carlistas de nuevo en pie de guerra) y ha comenzado una regencia que nadie sabe cómo va a terminar. Mientras avanza la gestación de la reina, los grupos republicanos más exaltados, (sobre todo los que Ruíz Zorrilla azuza desde el exilio) se preparan para el asalto al poder. El día 17 de mayo de 1886 viene al mundo el futuro Alfonso XIII, pero este acontecimiento, lejos de disuadir a los más impacientes, les incita a actuar cuanto antes. El 19 de septiembre de aquel mismo año, tiene lugar la intentona de Villacampa que, después de un saldo de varios cientos de muertos, termina en un rotundo fracaso. ¿Qué hacer ante tal fracaso? Inmediatamente, al tiempo que los líderes del republicanismo, con la única excepción de Ruíz Zorrilla, que continúa en el exilio, mueven todos los hilos de sus amistades pidiendo clemencia para los protagonistas de la sublevación, los periódicos republicanos siguen impertérritos clamando por el cambio de régimen y de sociedad. La Publicidad no fue en esto una excepción. Para todos ellos el trago más amargo llegó cuando los consejos de guerra dictaron los severos fallos que eran de esperar. El brigadier Villacampa, el teniente González y los sargentos Velázquez, Cortés, Bernal y Gallego fueron condenados a muerte y a reclusión militar perpetua unos trescientos procesados. La única puerta abierta que quedaba para salvar a estos infelices -el verdadero comanditario, Ruíz Zorrilla, quedaba a buen recaudo en su exilio de Francia- era el indulto y Sagasta, jefe del Gobierno, que ya se había visto en situaciones parecidas y que no quería iniciar con un baño de sangre el reinado de Alfonso XIII, se las arregló para conseguirlo de la reina.

Los periódicos republicanos que, dada su mínima audiencia, hasta entonces habían gozado de una gran tolerancia por parte del Gobierno, después de la intentona de Villacampa, empezaron a ser vigilados muy de cerca por los fiscales gubernamentales y, antes de que el joven Juan Pedro Mesa de León pisara la cárcel de la Audiencia de Granada, ya lo habían hecho en Madrid los directores de El Liberal y otros periódicos republicanos de la capital que, como siempre, fueron los primeros en reaccionar. A pesar de estos precedentes, nuestro joven director decidió coger el toro por los cuernos y el día 28 de aquel mes de septiembre apareció en la primera página de La Publicidad el polémico artículo que, unido a otras dos piezas menores, daría con sus huesos en la cárcel.

La nota más extraña de este artículo -aparentemente extraña- es que en sus comienzos no hace alusión a los condenados de la cuartelada de Villacampa, sino a los sargentos del fracasado pronunciamiento del cuartel de San Gil, algo que había ocurrido veinte años y algunos meses atrás. ¿Por qué esta vinculación con un pasado tan relativamente lejano? ¿Por simple rigor historicista? Es posible, pero sobre todo por dos razones fundamentales: porque los errores que entonces se cometieron a la hora de impartir justicia, aunque no fuesen la única causa, contribuyeron a la caída de Isabel II; y porque se da la peregrina circunstancia de que el organizador de aquella cuartelada, Sagasta, es el mismo hombre que ahora está al frente del Gobierno. Al analizar hoy aquel editorial del joven director Mesa de León, uno queda gratamente sorprendido ante su habilidad de argumentación y la modernidad y sutileza de su pluma. Merece la pena hacer un pequeño inciso para comentarlo. El artículo de Mesa de León, muy bien estructurado, podemos dividirlo en cinco partes claramente diferenciadas:

-Introducción. El periodista pone al corriente al lector del luctuoso suceso: han sido condenados a muerte los insurrectos del 22 de junio de 1866 y, con ellos muchos sargentos inocentes, que habían rehusado unirse a las fuerzas sublevadas. "Sin embargo -añade- por el solo delito de haber sido hallados en el cuartel de San Gil, fueron sacrificados en montón". ¿No habrá en esta alusión al pasado, que inmediatamente le trae al lector los luctuosos sucesos del presente, un poquito de artimaña? Seguramente que sí. Entonces el poder, dueño de la situación, decidió dar un escarmiento y, en su precipitación, condenó a muerte a los rebeldes y, mezclados con ellos, a otros que habían permanecido leales a la monarquía. Un mayúsculo error. Se hubiese podido repetir la famosa frase de Tayllerand: "Es peor que un crimen; es un error". Sin embargo hay un punto fundamental que nuestro articulista olvida: entonces fueron 76 los fusilados, ahora sólo son seis los condenados a muerte y ninguno de ellos es inocente.

-Alegato contra los jueces militares. "¿Quiénes son los jueces que disponen de la vida de esos desventurados?", se pregunta Juan Pedro. "Pues los mismos -responde al lector- que momentos antes combatían contra ellos”. A partir de este momento queda claro que la imparcialidad de estos jueces deja mucho que desear. Pero, si a eso añadimos que la mayoría de ellos tienen además las manos manchadas en sangre, se comprenderá claramente que, lejos de impartir justicia, lo único que han hecho ha sido satisfacer sus instintos de sangre y venganza. Magnífico argumento contra la justicia militar, pero demasiado osado para que quedara impune.

-Exhortación contra la pena de muerte en general y, de una manera muy especial cuando se aplica por motivos políticos, que, con toda razón, termina calificándola de "barbarie de los tiempos de la Edad Media, conservada en los tiempos modernos que se jactan de su progreso y civilización”.

-Entronque con la situación española de los últimos años, con unas alusiones muy bien claras a Sagasta -en ese momento en el poder- y unos dardos muy bien afilados contra los conservadores que, desde la oposición, azuzaban al Gobierno para que hiciese uso del rigor y el escarmiento.“España, es sin duda, -nos dice- la nación donde más sangre se ha vertido por causas políticas, no en las batallas y combates, que es inevitable, sino en los suplicios a que han sido condenados los que han tenido la desventura de no triunfar".

-Una llamada a la misericordia, desde el escepticismo, (se podría resumir en el siguiente axioma: sólo los hombres superiores son capaces de perdonar), con una aclaración muy importante: él pide misericordia para los vencidos, no porque sean republicanos -igual la pediría si defendiesen otra causa-, sino simplemente porque son personas. Termina con una frase terrible, alusiva a los comienzos del reinado de Alfonso XIII : “Primera ola de sangre, que baña la cuna de un niño”.

Hay otro aspecto interesantísimo para el lector de hoy: el indiscutible contenido premonitorio del artículo. Sin saberlo Juan Pedro Mesa de León, al tiempo que recrimina la iniquidad de aquellos jueces de 1866 y 1886, está condenando todas las iniquidades futuras y muy especialmente la que, justo setenta años después, llenaría de nuevo de sangre y horror todos los campos de España.

II.


Por si fuera poco, además de este editorial, repartidos por las páginas de aquel número de La Publicidad, había otros dardos contra la autoridad, que no podían quedar impunes. El dignísimo juez que, cumpliendo órdenes de arriba, fue a intervenir los números de La Publicidad y a detener a su director, ni remotamente pudo adivinar la propaganda que, sin proponérselo, le hacía al periodista y al periódico. En el número siguiente La Publicidad da cuenta de la cantidad de personalidades que han pasado por la prisión de la Audiencia a visitar al detenido. Entre ellos, nada menos que Mariano de Cavia de visita en Granada. Al día siguiente, la lista se amplía con nuevas visitas. Entre ellas tres comisiones de estudiantes. También comienzan a llegar infinidad de cartas y tarjetas de simpatía y adhesión al preso; y, para que nada falte, la tuna de la Universidad de Granada se ha unido a los visitantes interpretando a la puerta de la cárcel sus mejores pasacalles. El primero de octubre, quedamos informados de una noticia muy importante relacionada con el caso. Dice así:

“Ayer oímos con insistencia que el eminente jurisconsulto y profundo filósofo don Nicolás Salmerón y Alonso se iba a encargar de la defensa de nuestro querido director”.

Basta recordar el predicamento de que gozaba en España para comprender el alcance de la noticia. ¿Qué hacer?, debieron pensar los que movían los hilos en este asunto. Prevaleció la línea dura y la primera medida que tomaron fue la detención del director interino del periódico, según se nos anuncia en el número del día 2 de octubre:

“Segunda denuncia de La Publicidad y prisión de otro director”.

Sin embargo, en el número de La Publicidad del 3 de octubre es posible leer:

“El domingo, a las cinco y media de la tarde, fue puesto en libertad don Juan Huertas Lozano, redactor jefe de este periódico”.

¿Le interesaba al Poder hacer del director de La Publicidad un nuevo mártir de la causa republicana? En modo alguno. Mucho menos que la cárcel de la Audiencia se convirtiese, como ya estaba sucediendo, en la visita obligada de toda persona de bien de Granada. Y todavía menos que Nicolás Salmerón tomase cartas en el asunto y transformase la defensa del detenido en una tribuna de exaltación de las ideas republicanas. Por otra parte, las consignas que llegaban de Madrid iban mucho más hacia el perdón que a la inflexibilidad de la ley. ¿No había comenzado la reina Regente por conceder su indulto a los que habían intentado terminar para siempre con la monarquía? ¿Tenía sentido ensañarse con un hombre cuyo único delito era haber escrito un artículo de periódico? En modo alguno. Así que los que desde la sombra movían los hilos decidieron cambiar el rigor por la mansedumbre. En La Publicidad del 6 de octubre del 86 podemos leer:

“ Ayer, a las cinco de la tarde, recobró bajo fianza la libertad nuestro muy querido director don Juan Pedro Mesa de León”.

El Poder había creído en la eficacia de su medicina -aquellos siete días en el calabozo de la Audiencia- para curar a nuestro protagonista de sus impaciencias republicanas. No tuvieron en cuenta su testarudez ni la de su entorno. Tan sólo llevaba quince días libre y en la calle cuando el 21 de octubre de aquel mismo año, volvió a caer en el mismo pecado: un editorial más lleno de dardos contra la monarquía.

Algunos días después, -2 de noviembre de 1886-, la publicación de otro artículo, -“Vida y muerte” era su título- da de nuevo con sus huesos en la cárcel. El número de La Publicidad de dos días después, comentando el percance, hace una alusión muy clara contra el fiscal territorial de la Audiencia de Granada -el todopoderoso Francisco Sales Morillo, el hombre fuerte del momento-, y a su deseo de hacer méritos a los ojos de quienes están por encima de él.

El día 9 hay otra denuncia y el 11 la sección editorial de La Publicidad se titula así: “Siguen las denuncias y las prisiones”. Nuevas y numerosas visitas. En la calle no se habla de otra cosa. De nuevo logra salir bajo fianza. ¿Qué hacer?, debieron pensar una vez más sus enemigos, ¿dejarlo vivir en paz o tomarse la venganza por su mano? Naturalmente, prevaleció este último criterio. Juan Pedro Mesa de León tuvo ocasión de comprender en sus propias carnes que sus enemigos no habían depuesto las armas: un buen día, cuando menos los esperaba, fue sorprendido al final de la calle Recogidas por un individuo que, armado de recia estaca, le propinó una descomunal paliza. Si no terminó con él fue porque el guarda de consumos y otras personas acudieron en su ayuda. Un mes en la cama. Una vez repuesto de las heridas, decidió hacer las maletas y marcharse de Granada. Al fin había comprendido que sus enemigos jamás lo dejarían vivir en paz.

* Francisco Gil Craviotto (Turón, 1933) es un novelista, periodista y traductor granadino, socio de Granada Laica y colaborador habitual de UCAR-Granada. En 2005 publicó Mesa de León, un periodista entre dos siglos (1859-1937), la documentada biografía del protagonista de este artículo.

martes, 26 de octubre de 2010

Todo lo que sale de una fosa


Isaac Rosa

Público

23/10/2010

“Las Administraciones públicas facilitarán a los descendientes de las víctimas que así lo soliciten las actividades de indagación, localización e identificación.”

-Artículo 11.1 de la Ley de Memoria Histórica-.

Hace hoy diez años, en una cuneta a las afueras de Priaranza del Bierzo, la pala de una excavadora que removía la tierra encontró algo duro: una bota. Junto a ella aparecieron los huesos de un pie, y al quitar la tierra apareció un cuerpo entero, y luego otro, y otro, hasta trece. Todos fusilados sesenta y cuatro años antes.

Aquella fosa, la primera abierta en más de veinte años, removió mucho más que la tierra que la llenaba, y fue iniciativa de Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que en diez años ha recuperado más de 1.500 cuerpos de unas 150 fosas.

Pero cuando uno empieza a cavar nunca sabe lo que se va a encontrar, y eso fue lo que le pasó a Emilio. Uno empieza a quitar tierra, y al mismo tiempo que una bota, un pie, un cadáver, trece fusilados, encuentra más asesinados, decenas, cientos, miles.

Y si sigues sacando tierra no sólo salen huesos y casquillos de bala, también aparecen bustos franquistas, cruces a los caídos, calles con nombre de golpista y toda una basílica en Cuelgamuros; y entre la tierra removida surgen también archivos cerrados, investigaciones pendientes, leyes predemocráticas, registros civiles manipulados; y cuanto más profundo cavas más porquerías encuentras, un sistema judicial que blinda la dictadura, una derecha política que ejerce de heredera, una izquierda oficial desentendida de sus propios desaparecidos, una ignorancia perpetuada en el sistema educativo; todo ese subsuelo podrido donde hundía sus raíces la democracia.

Pero también, al levantar la vista de la fosa, descubres que no estás solo, que se han ido acercando otros, a ayudar, a señalar más fosas, a preguntar por sus familiares, a contar una historia terrible y silenciada, a pedir la anulación de una sentencia o la inscripción de un asesinado, a investigar los crímenes en un pueblo, a exigir verdad, justicia y reparación.

Diez años que, desde aquella primera fosa, han ayudado a desfranquistizar este país. Queda mucho por desenterrar, pero hoy podemos parar un momento y agradecer a quienes empezaron. Gracias.

domingo, 24 de octubre de 2010

Víctimas de Franco... y de la Transición


Juristas y profesores ven a la sociedad madura para cerrar definitivamente las heridas de la guerra

Diego Barcala

Público

24/10/2010

Diez años después de la primera exhumación forense de un fusilado en la represión franquista, las víctimas del fascismo creen que la sociedad tiene la madurez suficiente para cerrar las tareas pendientes de la Transición. Jueces y profesores universitarios reunidos en Ponferrada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) reclamaron ayer que el camino abierto con las exhumaciones sirva para democratizar los poderes del Estado anclados en el pasado.

"Los artículos 11, 12 y 13 de la Ley de la Memoria dicen que una vez abierta la fosa se debe dar cuenta a la autoridad judicial competente. No creo que se refieran a llamar al juez para poner flores", ironiza el magistrado emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín. En su opinión, los argumentos jurídicos utilizados para rebatir las peticiones de las víctimas de Franco demuestran que la Transición fue continuista con el Estado dictatorial.

Nulidad de sentencias

"Cuando el Tribunal Supremo ha impedido la nulidad de las sentencias de los tribunales militares franquistas ha argumentado que se trata de justicia militar y que era la legalidad vigente. Me pregunto si matar a un maestro es justicia castrense y si es legítimo el sistema judicial de una dictadura. Si un juez alemán considera válida la legislación nazi, lo meten en la cárcel", añade Martín Pallín.

El proceso abierto al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por intentar investigar los crímenes del franquismo a instancias del sindicato ultraderechista Manos Limpias y Falange Española fue mencionado reiteradamente como el ejemplo de que España no ha acabado su camino a la democracia. "Es una vergüenza y es bochornoso. ¿Cómo se puede decir que la Transición fue modélica? Se podrá argumentar que no se pudo hacer otra, pero no que fue modélica", explicó el profesor de Ciencia Política de la Universitat Pompeu Fabra Vicenç Navarro.

El autor de El subdesarrollo social de España demostró en su ponencia la relación que, según sus estudios, existe entre el proceso abierto por las víctimas del fascismo en favor de la memoria histórica y las carencias sociales del Estado del bienestar en España. "La gente os dirá que os ocupáis de los muertos, pero yo os aseguro que para ocuparse de los vivos hay que saber por qué murieron los muertos. Estáis desenterrando la historia de España y eso no es el final del capítulo sino el inicio. Cuando la derecha dice que no se opone a que cada uno entierre a su familiar como quiera -faltaría más- os están diciendo: ‘Desenterradlos y no molestéis más'. Es una vergüenza. ¿Cómo se puede pedir que alguien desentierre a la víctima de un asesinato y no sepa quién es el culpable? ¿Cómo se puede honrar a los muertos sin denunciar a sus asesinos?", enfatizó.

Los familiares de víctimas del golpe de 1936 aplaudieron con fuerza a Navarro cuando deshizo un mito heredado de la dictadura al asegurar que la guerra en España "la ganaron los malos".

"He escuchado al periodista Javier Pradera en un documental decir que las sociedades de Francia y EEUU siguen influenciadas por sus respectivas guerras civiles al igual que en España. Lo que no dice es que en el caso de EEUU ganaron los buenos y ahora en las escuelas se estudian los valores democráticos del presidente Lincoln. En la revolución francesa también ganaron los buenos, pero en España ganaron los malos y eso hay que decirlo", explicó.

Orgullosos de sus padres

Navarro dejó en su ponencia una puerta abierta a la esperanza. "Vuestra lucha sirve y tiene sus frutos. Os lo explico con un dato: el 30% de los votantes del PP no está de acuerdo con el proceso abierto a Garzón. Es todo un avance si tenemos en cuenta que todos los dirigentes de ese partido han aplaudido su procesamiento", ejemplificó.

Por su parte, Martín Pallín recordó que la Ley de Enjuiciamiento Criminal aprobada en 1983 obliga a los jueces a acudir a las fosas comunes. "A ver si van a pensar como Franco, que llamaba a no despertar los viejos demonios familiares. Serían los suyos, desde luego", denunció el magistrado.

La conferencia de Navarro y Martín Pallín se celebró en el marco del aniversario de la exhumación del abuelo de Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que comparte, después de diez años, el diagnóstico de déficit democrático en la sociedad española. "Pongo un ejemplo: ¿Cómo es posible que los historiadores estén debatiendo a estas alturas sobre las causas de la Guerra Civil? Sólo se explica que alguien justifique en 2010 el golpe de Estado a la legalidad republicana desde una falta de cultura de derechos humanos", señaló.

"Estos diez años han estado cargados de dignidad", resume el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid Juan Carlos Monedero. "Siguen pendientes en España todos los debates que no hemos tenido. Tenemos una Constitución que no fue debatida. Criticamos a muchos países que llamamos bananeros pero que debatieron sus constituciones por las esquinas", añade Monedero.

Las afirmaciones de Navarro, Martín Pallín o Monedero coincidieron en denunciar la falta de ruptura con el pasado que supuso la Transición. Y en la crítica no se salvó nadie. Ni siquiera el rey, alzado a los altares de la democracia por los protagonistas de aquella etapa histórica.

El papel del rey

"Franco murió en la cama pero la dictadura murió en la calle. En el periodo entre 1974 y 1978 hubo en España más huelgas que en cualquier país de Europa. Pero eso no se cuenta. Se prefiere decir que fue el rey el que trajo la democracia", explicó Navarro. "He asesorado a gobiernos de Suecia, Reino Unido y EEUU. En los tres hubo críticas feroces a los jefes de Estado y no pasaba nada. Aquí Carod Rovira llamó ignorante, con razón, al rey y el fiscal general del Estado le amenazó con llevarle a los tribunales", añadió Navarro, que fue asesor de Salvador Allende en Chile o de Bill Clinton, en EEUU.

Siempre apoyado en los datos, Navarro recordó las advertencias del entonces embajador de EEUU al rey Juan Carlos I sobre su distanciamiento con la clase obrera en España, según los documentos desclasificados del Gobierno estadounidense.

viernes, 22 de octubre de 2010

Campaña de imagen para el príncipe Felipe


Nexus

Quinta Columna

19/10/2010

Asisto preocupado en los últimos tiempos a una importante campaña mediática, mas o menos encubierta, para vender la imagen del príncipe Felipe como próximo jefe del estado.

De pronto, y sin que ninguna circunstancia o acontecimiento lo justifique, podemos ver a los príncipes de Asturias casi simultaneamente en todos, o casi todos los canales de televisión, públicos y privados, en lo que parece una campaña orquestada para conseguir la aceptación de la ciudadanía ante el eventual cambio en la jefatura del estado a favor del heredero de Juan Carlos.

No es de extrañar que el "stablishment" político español comience a preparar la perpetuación en los puestos de privilegio de quienes los ocupan en la actualidad, apoyando la, cada vez menos hipotética, sucesión de Felipe de Borbón en un momento en que la institución monárquica no goza de su mayor cuota de popularidad.

Así, de repente, el príncipe heredero pasa de una vida a la sombra de su padre, a aparecer en todos los informativos presidiendo eventos de todo tipo y color, desde una conferencia ante alumnos universitarios a la inauguración de un instituto de F.P. en Albacete, amén de varios documentales y miniseries televisivas basadas en su vida y, estos menos, milagros.

Preocupante que en un país democrático y occidental que además pretende ser desarrollado, se produzca una campaña de éste tipo, tendente a aumentar la popularidad de una figura anacrónica en pleno siglo XXI.

Precisamente cuando es el momento del cambio, de acometer las mayores reformas políticas para sacar al país de la crisis económica, pero sobre todo de valores, en que la clase política nos ha sumido, llevando a España por derroteros diametralmente opuestos a lo que representa la Monarquía, a una república con un sistema político mas democrático que persiga mayor justicia social, mayores cuotas para el estado del bienestar y una democracia mas representativa de los ciudadanos, basada en un sistema electoral mas justo y racional, la clase política dominante, PPSOE y sus afines, decididos a no abandonar la comodidad de sus poltronas y prebendas, instiga una campaña en favor del príncipe en lugar de acometer los cambios que no sólo necesita España, si no que demandan los españoles. Decididamente, los políticos y sus administrados caminan por sendas que cada vez se separan mas.

Mientras tanto, el "movimiento prorepublicano" es silenciado continuamente en los medios de comunicación masiva, escondiendo lo que pronto será difícil de ocultar, que las aspiraciones republicanas se extienden inexorablemente entre la ciudadanía que asiste con cierta sorpresa a la campaña mediática en favor del Borbón en un intento de repetir los errores del pasado, apoyando el futuro de España en la Corona, institución inadecuada en la actualidad y en mi opinión, una gran equivocación política de presumiblemente graves consecuencias, pues como dijo Darwin, "La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia."...

No debemos dejar pues que la Historia se repita volviendo a aceptar una monarquía que no necesitamos y lo que es mas importante, que no deseamos. Miremos hacia adelante, miremos en tricolor, asumamos los valores que representa la República, obviemos la campaña a favor del príncipe, hagamos campaña nosotros en el sentido opuesto, es nuestra obligación moral, nuestro deber y nuestra deuda con quienes lo dieron todo por la Libertad, la Democracia y el sentimiento republicano.

Salud y República!!

miércoles, 20 de octubre de 2010

El monólogo censurado sobre la realeza, 1994 (VOSE)



Toklaw

Youtube

24/12/2007

Ahora en versión subtitulada, "El trabajo de la realeza", el monólogo del escritor Quim Monzó que trajo enormes consecuencias en su momento. La Casa Real expresó su protesta oficial por las "opiniones ofensivas" vertidas contra la Corona en el programa; se dio por hecho que la protesta se refería en particular al monólogo de Monzó, además de la imagen de la infanta Elena al fondo del decorado, que era habitual en el programa. Unos días más tarde de la tormenta política y periodística que causó la protesta real, Monzó iba a ser el invitado de "El peor programa de la semana" de Wyoming en La 2: la dirección de RTVE vetó el programa por contar con el polémico invitado y acabó por suprimirlo de la programación al negarse los responsables a renunciar a la presencia de Monzó. Ambos sucesos pusieron en tela de juicio la independencia de las televisiones públicas y especialmente dejaron en evidencia el poder de la Corona sobre los medios de comunicación.

Desgraciadamente, a los vídeos del monólogo que circulan por la red les falta el final. He encontrado una grabación de Ràdio Klara (Valencia) donde se leyó el monólogo tiempo después, así que al final del vídeo propiamente dicho he añadido la lectura de la parte que faltaba (1.55 min) para que pueda apreciarse el contenido del monólogo entero. "Persones humanes" 42 (TV3), 20-1-1994. Subtítulos en castellano añadidos, V.O.S.E., subtitulada en español.

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""El Mundo", sábado 22 de enero de 1994.

La Casa Real considera ofensivo un espacio de TV3 sobre la infanta Elena --

XAVIER DOMINGO BARCELONA.- El jefe de la Casa del Rey, Fernando Almansa, dirigió una carta al máximo responsable de la Corporación Catalana de RTV, (CCRTV) Joan Granados, en la que protesta por las «opiniones ofensivas» vertidas contra la Casa Real en un programa emitido el jueves por el canal público TV3. En su carta, según un portavoz del Palacio de la Zarzuela, Almansa expresa «su protesta y su disgusto por la forma como por el contenido» del programa Persones humanes, que presenta Miquel Calzada, «Mikimoto». En opinión del jefe de la Casa del Rey, en el programa se vertieron «juicios superficiales y malintencionados, que contenían opiniones ofensivas contra la Casa Real». El programa Persones humanes, que dirige el periodista Miquel Calzada «Mikimoto», utiliza habitualmente la imagen de la Infanta Elena en un vídeo que forma parte del decorado y que se alterna con fotografías del líder palestino Yaser Arafat y una periodista que presenta un programa para sordomudos.

PROTAGONISTA.- Persones humanes estuvo dedicado a la Infanta Elena y, entre los invitados, figuraban Angel Colom, secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la periodista Teresa Berengueras y el heraldista Armand de Fluvià. La emisión se dedicaba especialmente a hablar de la infanta Elena a propósito de los actuales e insistentes rumores sobre su próxima boda con el joven aristócrata español Jaime de Marichalar. [...] Otro de los colaboradores del programa, el escritor Quim Monzó, explicó que las actividades normales de las Infantas son «montar a caballo, tomar el sol y esquiar», y añadió, bromeando, que por eso, cuando la Infanta Elena sufrió un accidente al caer de su montura «pidió la baja laboral». [...]Al parecer, «Mikimoto» la tiene tomada con la infanta Elena, y desde hace varios programas sale su imagen al lado de la del humorista. «Mikimoto», hábilmente, no se metió anoche con la Familia Real, pero interpeló al público con preguntas de la guisa: «¿Casaremos a esta chica?» o «¿Creen de verdad que ese Marichalar la hará feliz?», con tonillo irónico y suscitando cada vez la carcajada del estudio.[...]"

http://www.youtube.com/watch?v=SPIopScQacw

lunes, 18 de octubre de 2010

¿Lluís Companys, quién debe perdonar a quién?


¿Es España la que debe pedir perdón a Cataluña o es la burguesía, incluída la catalana, la que debe pedir perdón a los republicanos?

Marc Llaó

La República

16/10/2010

Dice el Presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach (ERC), que "España tiene que pedir perdón a Cataluña" por el despreciable asesinato del Presidente de la Generalitat republicana, Lluís Companys, por parte del régimen franquista, del que justo se cumplen ahora 70 años. Pero me pregunto yo si, en realidad, no tienen que ser los grandes intereses económicos, los latifundistas o la gran burguesía, que se sumó al golpe de estado (incluida la catalana), los franquistas y sus herederos (incluidos los catalanes), y los triunfadores de la Transición "modélica", que blindaron, han blindado y continúan blindando el franquismo (incluidos los catalanes) los que tienen que pedir ese perdón y rendir cuentas por el Presidente y por los más de 120.000 asesinatos, los millones de represaliados (social, cultural, económica y políticamente) y por los ciudadanos de generaciones posteriores, a los que nos ha sido negado un futuro de verdadero progreso con justicia social.

¿No tiene que pedir perdón la derecha catalana de Convergència i Unió? Más que por ser los herederos políticos del colaboracionista Cambó y de la Lliga Catalana, porque en más de veinte años de gobierno no hicieron ni una sola política pública de memoria no adscrita al ritual nacionalista. No sólo no repararon moral y económicamente a los represaliados catalanes sino que negaron la socialización del sedimento ético que representaron para Cataluña las luchas por su democratización. Antológica fue la respuesta del diputado de CiU y Consejero adjunto a la presidencia Miquel Coll i Alentor cuando, en una sesión parlamentaría de febrero de 1981, el diputado no adscrito Josep Benet pidió la participación de una representación institucional de la Generalitat en los actos de la Amical de Guerrilleros delante del monumento de la Ciutadella que rendía homenaje a los voluntarios catalanes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, y que precisamente inició Lluís Companys en 1936. "Simplemente, es imposible obligar a nuestras autoridades a perder una parte importante del tiempo que tiene que dedicar a la obra del Gobierno a solemnidades de este tipo, que en un pueblo tan lleno de recuerdos históricos como el nuestro, surgirían en cada paso a lo largo del año. ¿En este sentido, no tendríamos que conmemorar la salida de Jaume I de Salou para la conquista de Mallorca? ¿O la jornada de Coll de Panissars de 1.285? ¿O la batalla de Montjuic de 1641"? afirmó Alentorn. El mismo conseller de CiU acabó diciendo lo siguiente: "Consideramos que la fiesta del 11 de septiembre reúne todas nuestras efemérides de signo patriótico o cívico, y al lado de los héroes de 1714 recordamos a todos los catalanes que a lo largo de los siglos se han asomado al sacrificio en pro de una noble causa".

Por lo tanto, reparación moral inexistente que se ha querido sustituir por una mísera reparación económica (cobrar y callar) que no llega ni a la suela del zapato del que fue el valor real del multimillonario expolio perpetrado por el régimen franquista contra los republicanos y la redistribución del botín entre los ganadores de aquí y de allí, por los años y años como esclavos de las lucradas empresas españolas y catalanas en concepto no sólo de trabajos forzados sino también por la relación brutalmente desequilibrada entre empresario y trabajador (propias de aquél régimen), por las condenas indiscriminadas de prisión y las interminables sesiones de tortura o, simplemente, por los daños morales que el régimen del miedo y la represión institucionalizada causó, los cuales, muchos de ellos todavía se arrastran.

¿No tiene que pedir perdón Jordi Pujol expresidente de la Generalitat de Catalunya, y Cataluña en sí misma durante 23 años, por haber tildado a los luchadores republicanos, a los resistentes antifranquistas y espacialmente a los Brigadistas Internacionales (una de las últimas grandes esperanzas para la salvaguardia de la condición humana y, mucho de ellos, compañeros anónimos) de “luchadores totalitarios y antidemocráticos” que no merecían el reconocimiento del estado de derecho? Y que menos apropiado es, según Pujol, que sus herederos sean los gestores de la memoria democrática.

¿No tiene que pedir perdón la actual Generalitat de Catalunya por el escandaloso panegírico de hace pocos meses que incluía funerales de Estado a un catalán, falangista de los de la Guerra Civil, golpista y amigo personal del General Franco, faltando así a la memoria de los luchadores por la democracia y de los represaliados por la dictadura, faltando así a la memoria de Lluís Companys?

La guerra civil no fue una guerra entre supuestas naciones, entre España y Cataluña, ni entre España y Extremadura, ni entre España y Andalucía, ni entre España y Castilla, la guerra civil supuso sin ningún tipo de dudas la expresión más elevada de la lucha de clases. Entre una gran burguesía de todos los pueblos de España que, para ver blindados sus privilegios, se unió a la voluntad de un grupo de iluminados radicales y retrógrados que se alzaron contra la refundación del concepto de ciudadanía y contr unos nuevos valores cívicos, sociales y republicanos que podían haber asentado las bases de una sociedad más justa, más equitativa y más libre, una sociedad verdaderamente democrática. Especialmente conmovedor es recordar el mensaje de aquél cartel de 1936, realizado por el ilustrador del PSUC Martí Bas y que rezaba: "Defender Madrid es defender Cataluña".

Traducción del original en catalán: Eloy Pardo

http://www.larepublica.es/spip.php?article21686

sábado, 16 de octubre de 2010

Flores para el Rey. Los desaparecidos del franquismo y el olvidado “derecho humano a la vida familiar”


Miguel Ángel Rodríguez Arias

En el País de los Niños Perdidos

01/11/2009

En el día de hoy, primero de noviembre, otro años más, casi todas las personas que quieran llevar unas sencillas flores a sus seres queridos fallecidos podrán hacerlo.

Los familiares de los 150.000 desaparecidos en fosas clandestinas, no.

Los familiares de los desaparecidos en combate en batallas como las del Ebro y que continúan insepultos – sus restos en ocasiones a simple vista del caminante –, tampoco.

Los familiares de los miles de niños perdidos del franquismo, desaparecidos en vida – a los que nadie ha empezado a buscar siquiera – seguirán sin poder reunirse en torno a la misma mesa con sus seres queridos en ese día señalado de recogimiento familiar, como sí que harán, en cambio, tantas otras familias.

¿Qué se le va hacer? En el Estado heredero de la bandera retocada del dictador y de sus cientos de fosas que nadie quiso tocar, el derecho se detiene unos centímetros antes de llegar a los lugares donde yacen amontonados, por decenas de miles, buena parte de una generación de españoles comprometidos con los valores democráticos y de progreso social.

Como con los móviles: en cada fosa clandestina nuestro Estado de Derecho está apagado o fuera de cobertura.

Resulta que tenemos un casi pleno Estado Democrático, en el que lo único que no podemos votar es al Jefe del Estado, y un casi pleno Estado de Derecho del que tan sólo nos hemos despistado un poco con los derechos humanos de dos, a lo sumo tres, centenares de miles de personas durante poco más de treinta años. Y fosas, tenemos muchas fosas, apareciendo por todas partes.

Y por eso también nos hemos olvidado del “derecho humano a la vida familiar” que asiste a todas estas personas en días como hoy en virtud del artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, pero que no encuentra aplicación en nuestro país – como todos los demás derechos afectados – sin mayor argumento o justificación.

Así que nada, al igual que en todas las navidades, en las fechas del cumpleaños del ser querido desaparecido, los aniversarios, la fatídica fecha del día en que los genocidas de turno del pueblo se lo llevaron… como el resto de días del año, en realidad, y a cada momento que los recuerdos les asaltan, en el día de hoy los familiares de los desaparecidos tendrán un poquito más de sufrimiento y “trato inhumano” dado el admirable proceder de nuestro Estado Social y Democrático de fosas comunes, perdón, de Derecho.

Lo que en si mismo viola también la prohibición del artículo 3 del Convenio Europeo de que ningún Estado miembro tolere de brazos cruzados la prolongación de dichos padecimientos en situaciones de desaparición como, por el contrario, se lleva haciendo en nuestro país desde hace años.

Que no hay que andar pidiendo tantos derechos humanos. Hasta aquí se puede y ya está. Y “nos pasamos por las narices” – perdónenme, que esas cosas no se pueden escribir… aunque sean verdad – las más elementales normas de humanidad, todo lo que diga Naciones Unidas y todos los instrumentos de derechos humanos en materia de desaparecidos que obligan a que sea el Estado el que busque a estas personas, a revelar la verdad, a hacer justicia, a darles una verdadera reparación a sus familiares y rehabilitar sus nombres; y me refiero a todos los instrumentos internacionales en la materia, porque, lamentablemente, los estamos incumpliendo a sabiendas uno por uno y hasta el último de ellos, tal y como suena.

Claro que en el plano internacional el trabajo continúa y ayer mismo, sábado 31, saltó la noticia del renovado interés del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas ante la situación de tres víctimas del franquismo.

Y conste que no pierdo la esperanza de que algún día el Jefe del Estado del país subcampeón del mundo en desaparecidos – nos ganó la “final” Pol Pot en la modalidad de genocidio en fosa común, y los responsables de las Stolen Generations australianas en la de robo de bebés indefensos –, nuestro auto-desaparecido Defensor del Pueblo, nuestros tribunales que nos miran como si les estuviésemos contando un capítulo de Expediente X cada vez que invocamos la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos… alguien, en definitiva, entienda que lo que está pasando en España con las fosas, los niños perdidos y sus familias, es algo más que antijurídico, es la clásica bestialidad española – más propia de otros tiempos – al margen de la humanidad, del derecho, del proceder de cualquier país civilizado y hasta del propio sentido común de nuestras casi plenamente democráticas instituciones. Mucho más casi, que plenamente, democráticas desde el silencioso testimonio de las fosas, el dolor de las familias y la arbitrariedad con la que se sigue actuando con ellas.

Porque junto al inmenso drama de todas estas personas esas fosas son también el candente recuerdo, cotidiano, de lo que seguimos sin ser como país, como sociedad salida de un genocidio aterrador al que todavía no somos capaces de mirar de frente y, ni siquiera, de llamarlo por su nombre.

Mientras todo eso ocurre, este primero de noviembre, y todos los demás, no creo que haya sitio mejor donde llevar nuestras flores y nuestro desamparo que a las puertas de palacio del Rey y las altas autoridades del Estado: como son éstas las que tienen la obligación de saber dónde están todos esos seres queridos desaparecidos que se las lleven de nuestra parte.

http://segurquetomba.wordpress.com/2009/11/01/flores-para-el-rey-los-desaparecidos-del-franquismo-y-el-olvidado-derecho-humano-a-la-vida-familiar/

* El autor de este texto, el jurista e investigador Miguel Ángel Rodríguez Arias, profesor de Derecho Penal Internacional en la Universidad de Castilla-La Mancha, ha promovido una ofrenda floral en las inmediaciones del palacio de la Zarzuela para el próximo 1 de noviembre de 2010, con el objetivo de honrar la memoria de los desaparecidos del franquismo, ante las mismas barbas del heredero directo del dictador. La campaña puede seguirse a través de Facebook o La República, diario éste último que apoya formalmente la convocatoria.

jueves, 14 de octubre de 2010

La generación frustrada


Enric Cardona García

Blog PRE-IR Tarragona

05/10/2010

En los últimos tiempos, hemos vivido la llegada de la Televisión Digital Terrestre, así como la generalización del uso de redes sociales como Facebook, Youtube, Twitter, etc... Esta oleada de nuevas formas de personalización de la información que recibimos ha permitido el acceso al público de masas de muchas voces, ya sea de personas o de medios minoritarios, que hasta ahora sólo podían darse a conocer en círculos reducidos o con muchas más limitaciones.

En este contexto, también han tomado fuerza en los últimos años algunos medios de comunicación, hasta hace poco desconocidos para la gran mayoría de la población, algunos de los cuales se encuentran profundamente vinculados (aunque de manera ideológicamente muy difusa), con la derecha española más conservadora. Así, Intereconomía, esRadio o Libertad Digital han podido hacerse un hueco en las audiencias, y cada vez más han ido elevando su voz intentando hacer llegar su mensaje a la población.

Realmente, es bastante inaudito en la historia reciente la aparición de unos medios de comunicación así, y la sociología que hay detrás suya puede merecer un estudio aparte, difícil de ubicar en algún lugar en concreto. Se puede resumir (y es una opinión compartida por la mayoría de la población), con que son medios de comunicación al servicio de la derecha española, encarnada en el Partido Popular, y que representan a "la España azul", que ha alimentado la profunda división peninsular en dos bandos irreconciliables (aunque repite constantemente que es el otro bando el que lo hace).

A pesar de que esta vinculación parece evidente y sencilla, no acaba de ser tan evidente cuando se analiza su forma de comunicarse. Ciertamente, puede llevar a confusión, ya que es poco habitual ver que una cadena conservadora dedique gran parte de su parrilla los debates políticos (aunque no existie debate alguno al ser todos los tertulianos de la misma ideología), y tampoco queda muy claro ver a la clase conservadora utilizando expresiones e insultos propios de adolescentes exaltados, así como reafirmándose como "rebeldes", resistentes contra el sistema impuesto.

Es complicado de entender esta paradoja, pero las circunstancias de nuestro alrededor no ayudan a entender en gran parte. En un primer lugar, se debe analizar quiénes son los principales potenciadores de todo este movimiento de "conservadores rebeldes". Una vez se ven los nombres y apellidos de todos aquellos tertulianos habituales y presentadores de programas, vemos aparecer personajes que son bien conocidos, como César Vidal o Pio Moa. Así pues, vemos que los pseudointelectuales que tiran sus consignas al aire pertenecen a toda aquella generación de revisionistas, que no pudiendo aceptar la realidad que se ha impuesto sobre la historiografía y sociología franquista (la que ha caído por su propio peso), han decidido criticar, falsear y desprestigiar con fuerza la época republicana y todas sus conquistas, esgrimiendo argumentos sin fundamento y estudios historiográficos sin rigor científico y con metodologías muy dudosas, utilizando fuentes falsas o tergiversadas.

Así, vemos como hay una generación que devora todas las consignas lanzadas por estos pseudointelectuales como si fuera fruta madura. Partiendo siempre de la conclusión, buscando sólo pruebas que la corroboren (sean verdaderas o no, aunque mayoritariamente se da la segunda opción), estas investigaciones se asimilan de manera acrítica, considerando su autenticidad indudable por el simple hecho de ser diferentes de la opinión "establecida". De esta manera, podemos observar como se ha girado la tortilla, y como los que luchan contra la verdad "establecida" y que son unos rebeldes "incomprendidos", son todos aquellos que antes se reafirmaban en las dictaduras sanguinarias o de regímenes ultraconservadores de democracia limitada o directamente nula de Pinochet, Salazar, Somoza, etc.

Para explicar esta anomalía, deberíamos analizar por qué toda esta gente ha necesitado el surgimiento de esta "historia ficción" y de crítica indiscriminada e irracional contra toda obra de cualquier gobierno que no pertenezca a la época de Jose Maria Aznar. Ciertamente, entender esta época es clave para entender a toda esta generación. La política es un ingrediente clave, en el que la "modélica" Transición es idealizada al máximo, viéndose como intocable y sacrosanta, aunque en el pasado fuese rechazada por todos aquellos de los que son herederos (quedan para la memoria colectiva los artículos periodísticos de finales de los 70 de un joven Aznar poniendo a la Constitución Española en la picota).

Así, el largo mandato del PSOE en los 80 y 90, con los repetidos errores que llevaron a su hundimiento, es visto como una época "oscura" donde se encontraban silenciados, equiparándola a una dictadura, viéndolo como su propio símil del franquismo. El hecho es que la caída de la falsa izquierda del PSOE fue por su propio derrumbe, y no por una derrota, ya que las elecciones del 96 fueron perdidas por el PSOE más que ganadas por el PP. Sin embargo, este momento es considerado por toda esta generación como una "victoria", equiparable a la victoria de los franquistas de 1939.

La experiencia del PP en el poder se caracterizó por una "chulería" y desprecio generalizado hacia toda oposición, viéndose legitimada por haber "ganado" unas elecciones. Sin embargo, las cosas caen por su propio peso, y vimos cómo este régimen de soberbia y prepotencia se vino abajo de manera dramática después de los atentados del 11-M. Así, el PP ha vuelto al mismo papel que tuvo durante gran parte de los 80 y los 90, el de una oposición irracionalmente crítica, obsesionada con llegar al poder. La diferencia entre el actual y el anterior es una fuerte frustración, un complejo de inferioridad sin intenciones de autocrítica.

Así, vemos como todos estos nuevos "rebeldes" pueden ser llamados "La generación frustrada". Una generación que necesita alimentar su autoestima perdida con toda esta información parcial y, desgraciadamente, falsa en muchos casos. Así vemos como en la mayoría de países, hechos similares al 11-M han creado una fraternidad estatal, una "reunión detrás de la bandera", y aquí nos ha llevado hacia una mayor división, hacia un revisionismo grotesco de los hechos que busca la culpabilidad del centro-izquierda y el nacionalismo periférico mediante escalofriantes teorías conspiratorias, propias de la mente de un psicópata incapaz de articular un sentido crítico del mundo más allá de su conveniencia, sin autocrítica de ningún tipo ante las sus propias errores, que siempre son culpa de otros.

"La generación frustrada" se abre paso en los medios de comunicación. El lenguaje adolescente, la premeditada condescendencia paternalista ante la gente que no piensa como ellos, la soberbia, la manipulación informativa y las falsedades historiográficas son ingredientes de un enorme pastel imposible de digerir. Y lo más complicado es que esta generación está convencida efectivamente de ser una generación rebelde, casi anti-sistema, que lucha por la verdad y que considera al gobierno pro-liberal del PSOE como una dictadura estalinista. Todo lo que no sea su propia información acrítica es mentira, y todo es culpa del gobierno socialista y de sus tratos con los partidos nacionalistas y la omnipresente ETA. Y, no olvidemos tampoco, que el fútbol es visto como muy importante, vinculándolo directamente con la política y considerando muchas veces el Real Madrid como a su buque insignia, haciendo una mezcla entre deporte y política propia de jóvenes sin cultura democrática.

La pregunta ahora estará en cómo evolucionarán este "adolescentes póstumos": si nos encontramos con una anomalía temporal, o si son toda una nueva generación, lo que nos llevaría hacia tiempo realmente oscuros, con una sociedad movida por populismos demagogos y por un intelectualismo falso apoyado en una cultura ausente.

* Enric Cardona García es militante del Partit Republicà d'Esquerra, la federación catalana de la histórica Izquierda Republicana de don Manuel Azaña.

martes, 12 de octubre de 2010

Cuando la inteligencia venció a la fuerza bruta


Luis Alberto Egea Álvarez

Eco Republicano

12/10/2010

El 12 de octubre de 1936 se celebraba en la universidad de Salamanca el Día de la Raza, aniversario del descubrimiento de América por Colón. Millán-Astray había llegado escoltado por sus legionarios armados con metralletas, afectación que conservaría a lo largo de toda la guerra. Varios oradores soltaron los consabidos tópicos acerca de la "anti-España". Un indignado Miguel de Unamuno, que había estado tomando apuntes sin intención de hablar, se puso de pie y pronunció un apasionado discurso. "Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces, Pero, no, la nuestra es solo una guerra incivil (...) Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión (...) Se ha hablado también de catalanes y vascos, llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí esta el señor obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis..."

En ese punto, Millán-Astray empezó a gritar: "¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?" Su escolta presentó armas y alguien del público gritó: "¡Viva la muerte!" Entonces Millán gritó: "¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!" Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando se cuadró mientras se oían gritos de "¡Viva España!". Se produjo un silencio mortal y unas miradas angustiadas se volvieron hacia Unamuno. "Acabo de oír el grito necrófilo de "¡Viva la muerte!". Esto me suena lo mismo que "¡Muera la vida!". Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán-Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono mas bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente hay hoy en día demasiados inválidos, Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán-Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu, suele sentirse aliviado viendo como aumenta el numero de mutilados alrededor de él (...) El general Millán-Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...". Furioso, Millán gritó: "¡Muera la inteligencia!" A lo que el poeta José Maria Pemán exclamó: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!" Unamuno no se amilanó y concluyó: "¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido , diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir, y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". Millán se controló lo suficiente como para, señalando a la esposa de Franco, ordenarle: "¡Coja el brazo de la señora!", cosa que Unamuno hizo, evitando así que el incidente acabara en tragedia.

domingo, 10 de octubre de 2010

Arturo Seeber entrevista a Antonio García-Trevijano: "La diferencia entre el franquismo y la monarquía juancarlista es muy pequeña"


Arturo Seeber

La Fiera Literaria

15/11/2005

Antonio García-Trevijano es un político de la España que no ha podido ser. Hombre de la denominada Transición Española. Fundador en 1974 de la Junta Democrática de España, cuya legitimidad fue reconocida por el Parlamento de Estrasburgo. Tras la muerte de Franco y comienzos del reinado de Juan Carlos I, logró la unidad de la oposición mediante la Coordinación Democrática (Platajunta). Sin pertenecer a ningún partido o grupo de presión, y siendo uno de los abogados más famosos de España, Trevijano ideó la estrategia de la ruptura pacífica de la Dictadura (contra la Reforma del Régimen) y comprometió a todos los partidos en un pacto de rechazo de la Monarquía, a no ser que ésta venciera en un Referendum donde se pudiera elegir con absoluta libertad la República. Por ser alma y motor de la ruptura democrática, Fraga lo encarceló sin proceso judicial. Se retiró de la política cuando los jefes de los partidos socialista y comunista, traicionando el compromiso por la ruptura democrática, pactaron en secreto con Suárez la continuidad de la Monarquía de Franco y la sustitución de la democracia representativa (separación de poderes y sistema electoral de mayoría) por una oligarquía de partidos financiados por el Estado. Como el propio Trevijano dice, él se retiró de la política cuando los partidos también la abandonaron en favor del consenso que, por antonomasia, es la pasión antipolítica de las oligarquías. Escritor de libros de pensamiento (Discurso de la República, Frente a la Gran Mentira, La Alternativa democrática, Pasiones de servidumbre) y de arte (Donatello modela la infancia, David es Mercurio, Retorno a la Belleza), ha publicado en la prensa más de mil quinientos artículos (de filosofía política, sociología de las pasiones, psicología social, estética, pintura del primer tercio del XX, terrorismo, Europa), sin repetir jamás un tópico, una frase hecha o un lugar común. Este hombre idealista, culto, distinguido, inteligente, claro en sus ideas y en su expresión -posee una de las prosas más refinadas que he conocido en mucho tiempo-, contrasta con la vulgaridad de los políticos, sean del partido que sean, que han hecho de la mediocridad, la ignorancia, la ordinariez y la corrupción una suerte de aristocracia parda, una selección al revés como diría Gramsci.

Arturo Seeber: Si toda transición es un proceso de tránsito, ¿de qué cosa a qué cosa ha transitado la llamada transición española?

Antonio García-Trevijano: En realidad, dejando de lado las consignas de la propaganda, se trata del proceso de transición del Estado de un partido al Estado de varios, es decir, el tránsito de la dictadura de Franco a la oligarquía del Estado de Partidos en la Monarquía de Juan Carlos.

A.S.: ¿Cuál es la diferencia entre el punto de partida y el de llegada?

A.G.T.: Para el pueblo, para la libertad política, para la naturaleza del poder, la diferencia entre el franquismo y la monarquía juancarlista es muy pequeña. Antes se votaban las listas del partido único y ahora se votan las de tres o cuatro partidos. Antes el pueblo carecía de libertad para elegir y deponer al Gobierno y ahora tampoco la tiene. Antes estaban unidos todos los poderes del Estado y ahora también. Antes se llamaba democracia orgánica a la dictadura de un partido, y ahora se llama democracia a la oligarquía de varios. Antes se reprimía la libertad de expresión mediante la censura y ahora se reprime la libertad de pensamiento mediante el consenso. Lo esencial no ha cambiado. Aunque en los gobernados y en lo subordinado se ha producido un cambio notable. Bajo la dictadura el pueblo consintió su servidumbre forzosa, bajo esta Monarquía se cree libre con su servidumbre voluntaria. Se partió de Fraga y se ha llegado a Fraga.

A.S.: ¿Y qué era lo esencial de la dictadura?

A.G.T.: Los dictadores no matan, torturan o encarcelan por sadismo. Están convencidos de que el terror de Estado es el modo mas seguro de conservar su poder. Los sádicos se enrolan en los cuerpos de policía o seguridad de todas las formas de gobierno, incluso en la democrática. Esto no disculpa a los jefes de Estado y de Gobierno que toleran la tortura o el asesinato de los "subversivos". Pues se sirven de medios inhumanos para detentar un poder inhumano. Pero lo esencial de la dictadura no es lo absoluto de su poder personal, que comparte con el numeroso séquito de sus poderosos partidarios, sino lo absoluto de la falta de control del poder político.

A.S.: ¿Cuál sería, pues, el logro esencial de la Monarquía española?

A.G.T.: Las libertades personales y la incorporación a Europa. Pero también haber conservado, con las libertades públicas, salvo la libertad política (que es libertad colectiva), un mismo tipo de poder sin control. El Presidente del Gobierno es el jefe absoluto del partido que detenta el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial. La corrupción política es consecuencia inevitable del uso normal de esta forma de poder indiviso. La Constitución es la fuente institucional de la corrupción. El sistema se parece a la dictadura porque no tiene alternativa de poder, pero se diferencia de ella porque ofrece a los partidos mayoritarios una alternancia en el poder.

A.S.: Esta Monarquía de los Partidos, como Vd la define, ¿es algo original?

A.G.T.: En modo alguno. La historia está llena de ejemplos parecidos en la manera de constituirse y en el tipo de poder que consagra. En la manera de instalarse, repite un modelo universal, el que realizó Francia con la instauración del corrupto Directorio, tras la caída de Robespierre. Un modelo que describió Polibio como el tránsito del poder de uno al poder de varios, sin llegar al poder de muchos. La muerte del tirano no daba paso a la democracia sino a la oligarquía. Y en cuanto al tipo de poder, la fórmula monárquica ideada para dar estabilidad a las oligarquías, procede de la monarquía polaca de comienzos del XVII, donde el Rey era elegido por la Dieta a propuesta del Papa. El caudillo Zamoyski rechazó la corona alegando que "el Rey reina pero no gobierna". La fórmula no la inventó, como se cree, ni el corrupto Walpole ni el turbio Thiers.

A.S.: ¿Por qué los partidos republicanos aceptaron la monarquía?

A.G.T.: Es muy fácil de comprender. Sin confianza en sus propias fuerzas, y sin convicciones ideológicas, la Monarquía de Franco les ofreció un paraíso estatal que no podían rechazar: elecciones por el sistema de listas de partidos y reparto del poder estatal según las cuotas electorales obtenidas. Todos estarían financiados por el Estado. Todos tendrían una cuota de poder en las instituciones. Ninguno tendría un poder excluyente. El partido gobernante no sería controlado, pues siempre tendría mayoría en las instituciones de control (comisiones parlamentarias, poder judicial, tribunal constitucional, tribunal de cuentas, televisión pública), y los partidos de oposición participarían en todas las empresas públicas. En resumen: esta monarquía garantiza el equilibrio de una verdadera oligarquía de partidos estatales, de un sindicato de poder. Por eso se parece tanto, en cuanto al reparto y disfrute del poder y a la propaganda del sistema, a la dictadura franquista: la misma adulación al poder, la misma descalificación a los demócratas que no aceptan esta oligarquía, el mismo respeto a las facciones partidistas, la misma represión de la libertad de pensamiento. La diferencia entre partidos en esta Monarquía es la misma que la que tenían las facciones de la dictadura (Falange, Carlistas, Acción Católica, Opus Dei).

A.S.: Vd. describe lo que yo llamo "la dictadura de la democracia". Hay en el ambiente como una obligación de hablar bien de esto y mal de aquello. Parece algo casi impreso en el alma de cada español.

A.G.T.: Los escritores debemos ser objetivos y precisos en el uso de los términos políticos. Dadas sus ideas políticas y sus valores espirituales, debo entender que, con la expresión "dictadura de la democracia", Vd se refiere a la dictadura del consenso oligárquico, pues en la democracia formal no puede haber dictadura de ninguna especie.

A.S.: Todos somos víctimas de la degeneración del lenguaje político. Pero creo recordar que algunos clásicos temieron la dictadura de la democracia.

A.G.T.: Es cierto. Pero, sin negar la tendencia al maniqueísmo en todos los pueblos mediterráneos, tanto Madison como Tocqueville hablaron del peligro de tiranía en la democracia material o social, por razón de la demagogia de la igualdad, pero no en la democracia institucional en cuanto forma de gobierno. Madison odiaba la democracia directa de los atenienses, y nunca tuvo conciencia, a diferencia de Hamilton, de que el federalismo republicano que ellos propugnaban era la democracia representativa. En mi libro Frente a la Gran Mentira dedico un capítulo a la historia moderna de la palabra democracia. Antes de la primera Guerra Mundial, se sabía distinguir entre la democracia de EEUU y el parlamentarismo europeo. Hoy se llama democracia a todo sistema de poder donde los gobernados votan lo que sea y los medios de comunicación se expresan con relativa libertad. Pero en toda Europa no hay una sola forma de gobierno que responda a los requisitos constituyentes de la democracia formal. Sin elecciones uninominales de diputados al colegio legislativo y elecciones presidenciales al poder ejecutivo, no hay poder representativo de la sociedad ni separación de poderes, es decir, no hay democracia formal. No puede haber dictadura de la democracia donde no hay democracia.

A.S.: Pero, ¿cómo pudo instalarse, en nombre de la democracia, la oligarquía que los italianos llamaron enseguida "partitocracia"?

A.G.T.: La democracia americana venció a la Europa fascista. Y por una ley de la victoria, lo que impuso a Europa, fuera lo que fuera, lo llamó democracia. De Gaulle restauró la República parlamentaria. Su error tuvo que corregirlo luego con el golpe de Estado que instauró la V República. Una cuasi democracia porque el Gobierno designado por el Presidente tiene que ser aprobado por el poder legislativo. No hay separación de poderes. Y por eso hay corrupción. Más triste fue que la regeneración política de Europa occidental, controlada por el general Eisenhower, fuera confiada a los políticos que fracasaron ante el fascismo, a la democracia cristiana de los Adenauer y De Gasperi. Ninguno de ellos tenía talento de estadista. No comprendieron que Hitler triunfó con tanta facilidad electoral gracias a los sistemas proporcionales de la Republica de Weimar. Y estos ideales, la estatalización de los partidos, los realizó la Constitución italiana y la de Bonn. La prohibición de los partidos nazi y comunista demuestra la falta de representatividad del sistema, que ni siquiera se atrevió a ser liberal. El Plan Marshall no sólo obligó a la unión de los gobiernos de Europa occidental, sino también a la de los partidos gubernamentales en un sindicato o bloque de poder, en una partitocracia.

A.S.: Yo creía que el Estado de partidos, como lo llama la ciencia política y jurídica alemana, fue creado por exigencias de la guerra fría.

A.G.T.: La realidad desmiente esta creencia tan extendida por la propaganda. Spaak confesó en una conferencia de Ginebra (1947) que la guerra fría había sido consecuencia de una provocación occidental a la Unión Soviética y no de una necesidad histórica. Lo cierto es que, como Franco, los Gobiernos europeos se consolidaron difundiendo el miedo al comunismo, y sustituyendo la verdad por la mentira de la propaganda en todos los ordenes del saber histórico, filosófico, sociológico y artístico. Mentira que todavía hoy sigue vigente. ¿Quién conoce, por ejemplo, que el arte abstracto, tan apreciado por el capitalismo a partir de la década de los cincuenta, es una mera difusión mercantil de la pintura y escultura bolcheviques? Malevich pinta de negro un lienzo (1917) y tarda cinco años en descubrir que se ha equivocado, que el sumo de la belleza pictórica es un cuadro completamente blanco. La pintura de Mondrian, la abstracción geométrica, la arquitectura funcional y casi todos los modernismos del siglo XX provienen del arte bolchevique, concebido en función de su utilidad para las masas. No es un arte desinteresado en busca de la belleza.

A.S.: ¿Y cómo ve Vd. la literatura, la novela actual?

A.G.T.: En un nivel ínfimo. La decadencia de la literatura corre pareja a la de las ciencias históricas. La novela complementa la historia. Cuando no hay historia verdadera del pasado, como sucedió durante el largo periodo de la guerra fría, y cuando se pacta silenciar el pasado, como ocurrió en la Transición española, no puede haber gran novela. Pues ella es la que descubre las causas de los hechos históricos y los móviles del discurso público. Desde 1950 no hay en Europa continental grandes historiadores ni grandes novelistas. Si dijeran la verdad sobre lo ocurrido en Francia, Italia, Alemania, España y los demás países durante el fascio-nazismo, tendrían que condenar a los millones de europeos que sostuvieron con entusiasmo las dictaduras y las represiones. Y ningún novelista ha tenido ese coraje.

A.S.: Incluso se silencian los novelistas anteriores a la guerra.

A.G.T.: Claro, claro. La relación entre los hechos del pasado y la novela es muy estrecha. La historia más fiable es la más abstracta, la que relata los hechos sin explicitar sus causas, del mismo modo que la naturaleza nos enseña los fenómenos naturales sin decirnos por qué y cómo se producen. La ciencia cumple ante la naturaleza la misma función que la novela ante la historia. Es inútil pedir a los historiadores que nos digan las causas de los acontecimientos. No las saben. Esa es la misión de los grandes novelistas.

A.S.: Comprendería lo que dice si hablara de los filósofos de la historia, pero no alcanzo a ver la razón de la impotencia de los historiadores.

A.G.T.: Muchos acontecimientos menores se explican por sí mismos. Pero todos los que cambian el sentido o el signo de los tiempos históricos, los que más necesitamos comprender, escapan al dominio de los historiadores. Pues todos toman por veraces los motivos y pretextos que pregonan los discursos de los protagonistas. Y las palabras de los gobernantes son ridículas, insignificantes, en comparación con los efectos que producen sus acciones. Por ejemplo, los historiadores atribuyen el Estado de Autonomías a la decisión del ignorante Adolfo Suárez sobre el "café para todos", como si las fuerzas sociales no estuvieran comprometidas en esta decisión. El novelista explica las causas de la historia que los historiadores desconocen. La novela explica la realidad mediante ficciones, tiene la grandeza de llegar a la verdad de los hechos históricos por medio de ficciones.

A.S.: Es evidente que Vd no habla de los novelistas "bestsellerianos", los de Polanco y Planeta, pues estos cuando no siguen las consignas de la propaganda de la Transición, no dicen más que tonterías.

A.G.T.: Esa gente, tan ambiciosa como inculta, ignora todo. Ni siquiera ha intuido lo esencial de la Transición. En su gran novela Lucien Leuwen, Stendhal explica el tránsito de la Francia borbónica a la Francia orleanista, o sea, la rápida disolución de la aristocracia en la burguesía. Y Goethe, en su maravilloso Willelm Meister, expresa las primeras manifestaciones del aburguesamiento de la aristocracia, o sea, la disolución del mundo tradicional en el mundo moderno. Es inconcebible que un novelista español comprenda lo que ha supuesto, para la sociedad civil y los valores morales o estéticos, el paso de la Dictadura a la Monarquía.

A.S.: Los dos grandes grupos editoriales, Prisa y Planeta, sólo publican lo que favorece sus posiciones dominantes en el mercado editorial. Esto se comprendería si sus móviles sólo fueran económicos. La cuestión no explicada es la vinculación de Prisa con los intereses políticos del PSOE.

A.G.T.: Esto no se entiende sin conocer que en el consenso monárquico, para eludir las responsabilidades de los que habían sostenido la dictadura, no sólo entraron los hombres políticos de Franco, sino también los editores de los medios de comunicación franquista. El diario "El País", por ser posterior a la dictadura, pudo quedar fuera del consenso editorial, pero prefirió ser el salvavidas de sus colegas franquistas, puesto que tanto los principales accionistas (Polanco), como sus directores (Cebrián), habían sido destacados servidores de la dictadura. Su poder actual se basa en el complejo franquista (Planeta) de los demás medios de comunicación. El consenso crece en sociedades refractarias a la libertad de pensamiento. Prisa y Planeta no saben el significado de este concepto. Alardean de su libertad de expresión sin aclarar que es la de un pensamiento único y débil. Presumen de tolerancia porque ignoran el valor democrático del respeto.

A.S.: Antes de concluir, me gustaría conocer su opinión sobre los Estados Unidos.

A.G.T.: El asunto me concierne de modo muy particular. Pues la causa de la ruptura democrática de la Dictadura, por la que expuse vida, bienestar, libertad y honor, no fue derrotada por los hombres del franquismo, ni por los partidos emergentes de la clandestinidad, sino cuando el Departamento de Estado, con la misma ignorancia sobre los asuntos españoles que la exhibida en los de Irak, creyó que el triunfo de la ruptura democrática implicaría el predominio del partido comunista, como ocurrió en la última fase de la revolución portuguesa. Kissinger y Brandt se pusieron de acuerdo para convencer al Rey y al PSOE de la necesidad de la Reforma, en lugar de la Ruptura. Esto sucedió pocos días antes de que Fraga me encarcelara (26-3-76). Mis amigos de Bruselas, Comisarios del Mercado Común, me habían informado del concierto internacional contra mi acción política. No estoy seguro de que mi encarcelamiento fuera fruto de estos pactos. Lo cierto es que Fraga me encarceló y Felipe González me retuvo preso. Los Comisarios europeos se disponían a suspender las negociaciones con España por mi apresamiento, pero Felipe González les pidió de mi parte, sin hablar conmigo, que no hicieran nada para liberarme, ¡porque a la causa de la oposición le convenía mi encarcelamiento!

A.S.: ¿Y qué me podría decir de la Constitución Europea?

A.G.T.: Pues que no es Constitución ni Europea. La más rigurosa doctrina constitucional considera que no hay Constitución donde no hay distintos poderes estatales separados. Quien manda en la Unión Europea no es el Parlamento Europeo, el Consejo Europeo, el Consejo de ministros ni la Comisión Europea. Y, menos que nadie, los ciudadanos europeos. En lo financiero manda el Banco Central Europeo. En lo económico, la normativa que se ha venido institucionalizando desde el Mercado Común. En lo político, todavía no se han definido las virtualidades del eje francoalemán, núcleo de poder que terminará imponiéndose a las desuniones nacionales fomentadas por EEUU. Política exterior y ejército común aún no existen. La Constitución Europea es un Reglamento de Régimen interior para la dominación del mercado común por los grandes grupos transnacionales europeos. Su utilidad es inmensa. En este terreno, creo que su creación obedece a una necesidad histórica del desarrollo económico.

A.S.: ¿Por qué hoy se llama democracia a todo tipo de poder con libertad de expresión y posibilidad de votar a más de un partido?

A.G.T.: A los sistemas parlamentarios europeos se comenzó a llamarles democracias al final de la primera guerra mundial. En el siglo XIX, los pensadores y políticos ingleses hubieran tomado por insulto ser llamados demócratas. Sólo Disraeli se atrevió a eso. Desde la República de Weimar, se llamó democracia al gobierno parlamentario de Partidos.

A.S.: Pero no le pregunto por el origen de la confusión entre parlamentarismo y democracia. Quisiera saber por qué ha sido tan fácil confundir la democracia con el actual Estado de Partidos que, entre otros defectos, no representa ya a la Sociedad civil, como en el sistema parlamentario, sino a la propia sociedad política o estatal.

A.G.T.: A causa de un progreso continuo de la demagogia. Progreso que ha conducido a la confusión básica del mundo moderno entre democracia formal o política (forma de gobierno) y democracia material o social (contenido de gobierno, medidas de igualación social). Hoy se ha olvidado que la palabra democracia se refiere a una forma de ejercer el poder y no a un estado de igualdad social. Según este último criterio, el primer gobierno demócrata habría sido el de Bismarck. Y las mejores expresiones, las de Stalin o Fidel Castro. Hay que reservar el nombre de democracia para las formas de gobierno representativo y con separación de poderes.

A.S.: Alguien definió a los sistemas presidencialistas como dictaduras elegidas por el pueblo. ¿Tiene fundamento?

A.G.T.: Si no hay separación real con el poder legislativo y el judicial, como sucede en Suramérica y en los países emergentes del sovietismo, puede estar justificada la definición de dictaduras electivas. En EEUU, de ningún modo. Ningún Presidente podrá ser equiparado a un dictador transitorio.

A.S.: Pero la realidad es que en todos los países la política se reduce a una elección entre dos partidos que, llegados al poder, gobiernan del mismo modo. ¿No se trata de un monopolio de la política o, cuando menos, de un secuestro de la libertad de elegir?

A.G.T.: Vuelvo a repetir que debemos ser muy cuidadosos con las palabras que usamos. Su pregunta puede tener fundamento en sentido sociológico, pero no en el terreno propio de la política. El Estado de Partidos no es representativo de la sociedad civil porque los gobernados no pueden votar a diputados que los representen, sino a los candidatos elegidos por los jefes de partido para que los representen a ellos. Por esta razón, desde el punto de vista formal, en cuanto forma de gobierno, el Estado de Partidos es una perfecta y estable oligarquía de partidos. Bajo la Monarquía de Partidos no hay solución democrática.

A. S. : ¿Encuentra Vd gran diferencia entre el PP y el PSOE?

A.G.T.: En cuanto agentes o gestores del Estado, ninguna. Cuando gobiernan hacen y son lo mismo. Se diferencian en sus discursos, en la distinta clase de demagogia. Uno, demagogia del orden; otro, demagogia de la libertad; y ambos, demagogia de la igualdad.

viernes, 8 de octubre de 2010

Felipe Alcaraz homenajea la memoria de Javier Egea en su novela "La Conjura de los Poetas"


El histórico dirigente comunista presentó ayer su nuevo libro en Sevilla

Web Comité Local PCA-Sevilla

01/10/2010

“Intentar que no haya una segunda muerte de Javier Egea”. Eso es lo que se ha propuesto el histórico dirigente comunista, Felipe Alcaraz, con la publicación de La Conjura de los Poetas, una novela donde realiza un recorrido por las distintas luchas literarias acontecidas durante los años de la Transición, inspirándose para ello en la figura del poeta granadino que se suicidó en 1999.

El ex presidente ejecutivo del PCE presentó ayer en Sevilla su nueva obra en la Casa del Libro. Y lo hizo acompañado por su editor, el ex ministro de Trabajo (PP), Manuel Pimentel, quien se deshizo en elogios hacia la persona de Alcaraz y, más concretamente, hacia su último trabajo. “Me quedé fascinado desde la primera línea”, “me tuvo luego dos o tres días pensando” o “es un novelón, un auténtico recital” son sólo algunas de las halagadoras expresiones que empleó para referirse a La Conjura de los Poetas.

Pimentel reconoció haberse sentido atrapado desde el primer momento de la lectura por una obra donde se narra la historia de una célula comunista “que va emergiendo poco a poco en Granada”.

Asimismo, valoró el interesante debate que Alcaraz reabre en las páginas del libro, un debate referente a la evolución que una gran parte de la izquierda de este país experimentó hacia la socialdemocracia y sus corrientes adyacentes tras la caída de la dictadura y el triunfo de la democracia. Porque, en palabras del editor, las cosas ya no están tan claras y quienes decidieron no renunciar a sus principios entonces, parecen recuperarse y sobreponerse ahora a sus derrotas del pasado. “Muchos de los que quedaron atrás en el camino empiezan a pensar que a lo mejor no lo hicieron tan mal”, aseveró.

Para Pimentel, Alcaraz combina de forma sobresaliente las tres condiciones que él suele exigirle a un escritor a la hora de editarle una obra en Almuzara: “que tenga algo que contar, que sepa hacerlo y que quiera hacerlo”. De ahí que, según el empresario, el libro no dejará indiferente a la gente y dará que hablar. “Va a remover y a centrar bastantes porqués e interrogantes en muchas personas”, sostuvo convencido.

Por su parte, el autor de La Conjura de los Poetas confesó la necesidad que le llevó a redactar esta novela: “Me pudrían las asaduras, había que contar las cosas cómo fueron para que se conozcan”, afirmó ante la atenta mirada de los asistentes al acto de ayer. Según Alcaraz, la obra de Egea, a la que sitúa a caballo “entre Góngora y el marxismo”, merece un reconocimiento mucho mayor que el actual, algo que achaca a su compromiso, coherencia política y, sobre todo, “a su resistencia al cambio”.

En este sentido, el veterano dirigente comunista no dudó en citar a Álvaro Salvador para asegurar que “los últimos años en España han sido los de la poesía de la socialdemocracia”. De hecho, esa es, a ojos de Alcaraz, “la gran tragedia de Javier Egea”, al haber mantenido hasta su fallecimiento su opción ideológica de fondo.

Sea como fuere, el dirigente del PCE dijo haberse limitado a entrar en un debate “público y publicado”. “Podría haberle dado algo más de salsipirri, relatando los amores de Dolores Ibárruri, como ha hecho alguien, pero yo no quería eso”, señaló Alcaraz, quien explicó que los 500 folios iniciales los redujo finalmente a unos 300 para evitar desviar la atención sobre su objetivo principal: escribir la biografía de un proyecto transformador, y de su derrota a manos de la literatura de consumo y sus estrategias.

No obstante, una vez pasada la etapa de aislamiento y tras el suicidio, Egea reaparece en la literatura española como uno de los grandes poetas del siglo XX y, desde luego, el que más allá llevó la posibilidad de una literatura de clase. Por eso, con este libro se busca homenajear su memoria y reivindicar su legado.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Fiel tributo al maquis cada primer domingo de octubre


Decenas de personas se reúnen en Santa Cruz de Moya (Cuenca) para recordar la labor de resistencia de los guerrilleros antifranquistas.

Patricia Campelo

Público

04/10/2010

Una gran fiesta republicana se celebra en Santa Cruz de Moya cada primer domingo de octubre. En ella, los guerrilleros antifranquistas, los maquis, se llevan reuniendo desde hace 22 años para recordar su lucha histórica, y a los compañeros que quedaron por el camino, en el XXII Día del Guerrillero español.

Las jornadas, ‘El Maquis en Santa Cruz de Moya' (Cuenca), celebradas el primer fin de semana de octubre desde hace 11 años, van preparando la celebración del domingo: un homenaje a los que lucharon contra el franquismo desde ese exilio interior que fue la vida de los maquis en los montes españoles.

La memoria de estos guerrilleros se reivindica desde la óptica de la reflexión, la divulgación y el reconocimiento de su labor de resistencia al régimen. Para ello, las jornadas organizadas por La Gavilla Verde congregan a representantes de la esfera política, social, judicial y cultural española, así como a reconocidos guerrilleros.

Voces de apoyo

En esta ocasión, han sumado su esfuerzo a la recuperación de la memoria rural de la guerrilla, entre otros, el ex fiscal anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, la escritora Inma Chacón, los guerrilleros Pepe Navarro, Venerando Pradas, Lluís Martí Bielsa y Luís Berlinches, así como una serie de investigadores, historiadores e integrantes de asociaciones de memoria como la de Ex presos Antifranquistas, con Gervasio Puerta, presidente de la entidad.

Numerosas muestras de apoyo al juez Baltasar Garzón, acusado de prevaricación por tratar de investigar los crímenes del franquismo, fueron patentes en el transcurso de las jornadas. La más evidente, la presencia de Rosario Molina, su esposa, que acudió al evento como una muestra de gratitud y para expresar su adhesión a aquellos que alzan su voz contra lo injusto. Sin querer hacer más declaraciones, insistió en que sobre todo estaba allí "para aprender". "Yo soy una persona de ciencias", señaló Molina, bióloga y profesora de instituto.

Por su parte, el ex fiscal anticorrupción, Jiménez Villarejo, afirmó que la causa que se sigue contra el juez "está dirigida a rehabilitar el franquismo", y en ese sentido, "a destruir no sólo a un juez, sino también a las propias víctimas".

Necesidad vital

De los 15 maquis que acudieron a este mismo acto en octubre de 2008, dos años después han sido cuatro los que han participado en las jornadas y en el posterior Día del Guerrillero, prueba de la necesidad vital que existe para apresurar su reconocimiento formal por parte de la ley de Memoria Histórica.

"Apenas se nos nombra en la ley y no se nos reconoce como combatientes en defensa de la II República", relató Pepe Navarro, uno de los últimos guerrilleros valencianos. "La ley de Memoria Histórica debe ser ejecutiva y proclamar el honor de todos los que cayeron en la lucha antifranquista", subrayó.

Por su parte, Lluís Martín Bielsa, guerrillero llegado de Francia, fue contundente respecto a lo que supone la celebración de actos como el Día del Guerrillero: "No se trata ni de un recuerdo emocionado ni una cuestión académica, sino de cerrar el paso a un neofranquismo que en los últimos tiempos se muestra muy desafiante".

La escritora Inma Chacón es una habitual de estas jornadas organizadas por La Gavilla Verde, la entidad que preside Pedro Peinado y de la que además es socia. "No podemos estar ajenos a la falta de memoria", afirmó Chacón. "El mundo no podrá ser justo hasta que no se recupere el nombre de todos. La dignidad ya la tienen, pero hay que reparar la injusticia con las víctimas de la dictadura".

José Antonio Labordeta, fallecido el pasado 19 de septiembre, tuvo un hueco en el recuerdo que le brindaron los guerrilleros: "Propongo a Labordeta como guerrillero de honor", anunció Pepe Navarro momentos antes de que el Canto a la Libertad resonara por el monte donde, desde hace 22 años, se contribuye al sostenimiento de la memoria de los hombres y mujeres que de esta forma hicieron frente al franquismo.