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lunes, 26 de abril de 2010

Los "Robin Hood" de la posguerra


Los hermanos Quero ganaron fama en Granada con sus espectaculares secuestros y atracos

Inés Gallastegui

Ideal

12/02/2010

Se llamaban Antonio, José, Pedro y Francisco Quero Robles y eran una especie de 'Robin Hoods' en los oscuros años de la postguerra de Granada. Lideraron un grupo de guerrilla urbana que entre 1941 y 1947 protagonizó un centenar de espectaculares secuestros y atracos, tiroteos con la policía y huidas de película. Adscritos a organizaciones de izquierda, traían de cabeza a las autoridades franquistas, pero gozaban de gran apoyo popular, vivían escondidos gracias a la solidaridad vecinal y repartían las ganancias de sus 'golpes' entre familias pobres o represaliadas. Todos murieron de forma violenta y sus allegados fueron brutalmente castigados por el régimen a causa de sus hazañas. Sus descendientes han mantenido viva la historia y algunos de ellos participaron ayer en la Casa de los Tiros en la presentación del libro 'Hijos de la guerra: los hermanos Quero y la resistencia antifranquista' (Ed. Comares).

Su autor, el investigador de la Universidad Complutense Jorge Marco (Madrid, 1977) se encontró por casualidad con un texto de los años setenta que hablaba de los Quero. De ellos le fascinó su carácter de guerrilleros urbanos -un fenómeno casi exclusivo del anarquismo catalán en la postguerra- y la espectacularidad de sus acciones. Sin embargo, se dio cuenta de que aquel relato, basado en testimonios orales, tenía mucha leyenda. Seis años después, la vida de los hermanos Quero se ha convertido en un libro de 480 páginas, cuyo contenido forma parte de la tesis doctoral sobre la guerrilla en Andalucía oriental que Marco leerá en 2011.

El grupo de los Quero no se caracteriza por su identidad ideológica: aunque todos habían luchado en el bando republicano en la Guerra Civil, entre ellos había simpatizantes socialistas, comunistas y anarquistas. Hijos veinteañeros de un carnicero del Albaicín, tras la contienda Antonio y Pepe fueron condenados a penas de cárcel menores, pero las noticias de los continuos fusilamientos les decidieron a fugarse en junio de 1940.

Su vida en la clandestinidad comenzó en la banda del maquis Juan Medina, 'El Yatero', pero meses después los cuatro hermanos formaron su propia partida, que llegó a tener 16 miembros entre familiares y amigos.

En el libro, Jorge Marco relata uno de sus golpes más famosos, el secuestro de Manuel Rodríguez-Acosta, que les reportó 225.000 pesetas. Aquel mismo día duplicaron el botín tras retener a un miembro de los Sánchez Montes, otra familia adinerada, en la Gran Vía y a plena luz del día. En otra ocasión lograron un rescate de 500.000 pesetas, una auténtica fortuna en la época, después de mantener a un general encerrado en una cueva durante tres días.

El autor asegura que el pueblo les admiraba por su increíble habilidad para burlar a las fuerzas policiales, pero también porque sus ganancias las repartían entre familias necesitadas y represaliados de la dictadura. Al igual que el resto de los grupos guerrilleros, entregaban una parte a la CNT, única organización de la resistencia antifranquista que se mantenía viva en aquella época.

También necesitaban el dinero para pagar a las personas que se jugaban la vida y la libertad al ocultarles. Aunque la casa familiar estaba en la albaicinera Plaza de las Castillas, su red de refugios incluía pisos en el Sacromonte, el Barranco del Abogado y el centro.

Pacto de suicidio

Jorge Marco afirma que los hermanos pactaron no dejarse coger vivos. Pepe murió tiroteado durante un secuestro. Pedro, acorralado por la Guardia Civil en el Sacromonte, se pegó un tiro. Francisco, asediado en una vivienda del camino de Ronda, saltó desde un segundo piso 'planeando' sobre un colchón y fue abatido por la Policía. Parece que Antonio también se suicidó.

Pese a su frenética carrera de atracos, tiroteos y secuestros de empresarios, falangistas, militares y alcaldes, los Quero nunca cometieron un asesinato a sangre fría. Nunca, hasta 1947, cuando un guerrillero de la banda de 'El Yatero' que se había unido a Antonio, entonces único superviviente de la saga, acabó de un tiro con el empresario y político Indalecio Romero. El pueblo, que había aplaudido sus andanzas, aquello no lo entendió.

«Con ellos muertos, desapareció la guerrilla de Granada capital», concluye Marco. Las represalias contra la familia fueron «terroríficas». Las cuatro viudas y otros tres hermanos fueron a la cárcel. La mujer de Paco, Teresa Maya, era una bailaora gitana y decidió marcharse a Madrid con sus dos hijas. Otro estuvo «secuestrado en un colegio de monjas» bajo una identidad falsa hasta que lo rescataron.

Los descendientes actuales ya conocían muchas de estas historias. «Les contaron lo que hicieron sus padres o sus abuelos como si fuera un cuento -explica el autor del libro-. Lo sorprendente es que no tienen ningún ansia de venganza. No odian a nadie, pero necesitaban que alguien escribiese lo que pasó».

1 comentario:

El poeta distraído dijo...

Me encanta cualquier información relacionada con estos hombres de leyenda. Tan sólo decir que "robin hoods" no podían ser puesto que robin hood era de origen aristocrático y los Quero eran gente de clase trabajadora, lo cual diferencia claramente sus orígenes sociales. Por otra parte, es posible que sus acciones fueran tan espectaculares como en robin hood, veáse la película.De todas formas, me parece una comparación arriesgada e incompleta. Yo diría que eran más bien "héroes cotidianos" en el sentido del poema "El Martillo" de Gabriel Celaya. Salud y República.